Domingo 19º Durante el año. Ciclo A. 9 de agosto de 2020.
Primera lectura: 1Re 19,9.11-13a | Salmo: Sal 84,9-14 | Segunda lectura: Rom 9,1-5 | Evangelio: Mt 14,22-33
Este Domingo compartimos en la Palabra la narración donde el Señor camina sobre las aguas. La primera parte se relata en Mc, Jn y Mt (texto de este Domingo). La segunda parte, el episodio particular de Pedro que desafía a Jesús, está solo en Mt como aquí lo compartimos.
Haciendo un recorrido por todo el relato proponemos tres puntos para meditar sintetizado en tres palabras: BARCA, TRANQUILÍCENSE, SOSTUVO.
- La BARCA con el viento en contra
- “TRANQUILÍCENSE, soy yo; no teman”
- “Jesús le tendió la mano y lo SOSTUVO”
- La BARCA con el viento en contra
Sabemos que la BARCA es símbolo de la Iglesia. Pero lo es también de la humanidad, de cada grupo, de cada familia porque en definitiva es símbolo de la vida de cada uno, de cada persona. Recordemos la frase del Papa Francisco este año 2020, en las puertas de la Semana Santa, en medio de la pandemia global del coronavirus, ayudándonos a tomar conciencia de que todos estamos en la misma BARCA. De una u otra forma la BARCA es la vida de cada uno de nosotros. En medio de la BARCA experimentamos el viento en contra, las tormentas, las olas grandes, las dificultades todas… Como los discípulos en medio del vendaval en la BARCA, muchas veces también nosotros caemos en desesperación y, lo más grave, no reconocemos la presencia del Señor que viene a nuestro encuentro.
¿Cómo está hoy la BARCA de mi vida? ¿Qué percibo de la BARCA de la humanidad, de la BARCA de la Iglesia…? ¿Cuál es el viento en contra que hoy complica mi vida? ¿Qué situaciones me desesperan en este momento y me hacen gritar, literal o interiormente? ¿Me cuesta distinguir y aceptar que el Señor viene a mi encuentro? ¿El miedo nubla mi mente y mi corazón y no me permiten captar su presencia que se acerca a mi encuentro, a la BARCA de mi vida?
2. “TRANQUILÍCENSE, soy yo; no teman”
Jesús se acerca a sus discípulos desesperados y les dice la frase: “TRANQUILÍCENSE, soy yo; no teman”. La expresión “soy yo” tiene un sentido absoluto y significa “Yo soy Dios”, es decir, revela la divinidad y el poder omnipotente del Señor. Los discípulos pueden estar TRANQUILOS porque es Dios el que va a su encuentro. ¡Qué bueno si grabáramos esta frase para siempre en nuestra memoria espiritual y afectiva! Sobre todo en los momentos de dificultad. Escuchar al Señor que nos invita a estar TRANQUILOS porque Él es verdaderamente Dios y nos acompaña en la barca de nuestra vida siempre. No se trata de una TRANQUILIDAD superficial o una búsqueda de armonía artificial. Este estar TRANQUILOS nos viene de Dios y puede coexistir con los problemas y dificultades propias de la vida.
¿Escucho al Señor que me habla en medio de mis tormentas y borrascas cotidianas? ¿Dejo que se acerque? ¿Qué implica para mí hoy que Jesús me diga: TRANQUILIZATE, yo soy tu Dios, no tengas miedo a nada porque estoy siempre con vos? ¿Busco en la presencia del Señor la verdadera TRANQUILIDAD en la vida?
3. “Jesús le tendió la mano y lo SOSTUVO”
En la segunda parte del relato Pedro desafía al Señor y este responde invitándolo a caminar sobre el agua. La actitud desafiante se transformará nuevamente en miedo y Pedro se hunde. En este momento brota lo mejor de su corazón y pedirá auxilio a Dios: “Señor, sálvame”. Ahí entra la delicadeza de Jesús que “le tiende la mano y lo SOSTIENE”, a la vez que le reprocha su falta de fe y duda hacia Él. ¡Qué bella experiencia la de Pedro sentirse SOSTENIDO por el Señor! Todos estamos invitados a ser SOSTENIDOS por la mano del Señor. ¡Cuántas veces experimentamos que nos hundimos! ¡También experimentemos que el Señor una y mil veces nos SOSTIENE con su mano!
¿Soy “desafiante” con Dios; lo “pongo a prueba”? Cuando me estoy hundiendo en los problemas de la vida: ¿soy capaz de gritar con humildad “Señor, sálvame”? ¿Que implica para mí hoy descubrir que Jesús se me acerca, me tiende la mano y me SOSTIENE? ¿En qué situaciones de la vida me he sentido SOSTENIDO por Dios? ¿Ayudo a los hermanos a que puedan sentirse SOSTENIDOS por el Señor?
+Mons. Gabriel Mestre
Obispo de Mar del Plata
Argentina
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