Domingo 3º de Adviento Ciclo A – 11 de diciembre de 2022
Primera lectura: Is 35,1-6a.10 | Salmo: Sal 145,6-10 | Segunda lectura: Sant 5,7-10 | Evangelio: Mt 11,2-11
Seguimos transitando nuestro Adviento 2022. Propongo para este tercer Domingo, marcado por el gozo y la alegría, estos tres puntos para orar y meditar sintetizados en tres palabras: MESÍAS, CONTAR, PACIENCIA.
- Un único MESÍAS: Nuestro Señor Jesucristo
- CONTAR lo que hemos visto y oído
- PACIENCIA porque la venida del Señor está próxima
- Un único MESÍAS: Nuestro Señor Jesucristo
Jesús toma palabras del profeta Malaquías para definir a Juan el Bautista como mensajero. Juan tiene bien clara su identidad: no es el MESÍAS sino el que prepara los caminos para la venida del MESÍAS, es su mensajero. Este dato es muy interesante para confrontar la vida de Juan con la nuestra y la de nuestra historia: revisar y ver en qué medida tenemos esto bien en claro. Juan no se la cree, a pesar de su éxito no se cree el MESÍAS, sabe que es su instrumento, su mensajero. Ninguno de nosotros va a decir que es el MESÍAS. Sin embargo, muchas veces la tentación MESIÁNICA está presente en nuestra vida y en la historia. Las pretensiones MESIÁNICAS de muchos líderes sociales y políticos del mundo y de nuestra patria no son distintas de lo que puede aparecer en nuestro corazón cuando queremos ser el MESÍAS, el Salvador de todo al margen del mismo Dios trastocando nuestra propia identidad. Es una suerte de soberbia más o menos encubierta que tiene como elemento más grave el no necesitar al único MESÍAS y Salvador que es Nuestro Señor Jesucristo. Tiempo de adviento, tiempo para profundizar nuestra identidad de mensajeros e instrumentos del MESÍAS.
Mirando a Juan Bautista que tiene bien en claro su identidad: ¿Cómo estoy parado en este tema? ¿Me descubro como “instrumento” de Dios o caigo en la tentación de creerme “el MESÍAS” aunque no lo diga? ¿Soy soberbio…? ¿En qué situaciones particulares de mi vida se puede manifestar la soberbia? ¿Descubro realmente que “no me puedo salvar a mí mismo”? ¿Soy consciente de que “no puedo salvar a nadie”? ¿Necesito realmente al único MESÍAS o experimento que puedo prescindir de Él? ¿Está clara mi identidad de discípulo misionero del Señor?
2. CONTAR lo que hemos visto y oído
Jesús responde a los enviados de Juan sin decir que Él es el Mesías sino invitándolos a que CUENTEN lo que están viendo. Es decir: los signos visibles de la presencia del Reino de los Cielos en las palabras y las obras de Jesús, el Mesías. Lo que se anuncia en verbos en futuro en la primera lectura se da en el presente del Señor en medio de su pueblo en el relato del Evangelio. Nosotros como los discípulos de Juan estamos invitados a CONTAR lo que hemos visto y oído por la fe en nuestro caminar como discípulos. Esto es ser auténtico evangelizador. Ver este tiempo de adviento como tiempo de misión: CONTAR a los demás lo que hemos visto y oído del Señor en nuestra vida, narrar los signos de su presencia y su poder que hemos experimentado a lo largo del tiempo.
En mi camino de fe: ¿Qué es lo que “he visto y oído”? ¿Cuáles han sido de forma particular los signos visibles con los que Dios se ha manifestado en mi vida? ¿Qué puedo hacer para ser más evangelizador en este tiempo de adviento 2022? ¿A quién/es de forma particular deberé CONTAR lo que he visto y oído de parte de Dios en mi existencia? ¿Entiendo la misión como narración y relato de los acontecimientos centrales de la salvación que Dios nos otorga en Cristo Jesús?
3. PACIENCIA porque la venida del Señor está próxima
Hace cuatro semanas atrás, el Domingo 33º Durante el Año, contemplamos a la luz de Lc 21,19 la palabra griega hypomoné que se traduce por PACIENCIA con el matiz de constancia, perseverancia y fidelidad. Hoy, la segunda lectura, nos invita a tener PACIENCIA repitiendo cuatro veces otra interesante raíz griega: makrothymia. Literalmente, makrothymia, significa tener el “alma grande”, “los humores bien armonizados”; es el “equilibrio” del temperamento y las pasiones, es lo contrario al enojo, la “bronca” o la excesiva carga emocional negativa. Se lo podría traducir también por longanimidad, es decir PACIENCIA con serenidad, PACIENCIA con imperturbabilidad de ánimo, PACIENCIA con grandeza de corazón. La makrothymia es posible solo si se mira al Señor que está próximo a venir como dice esta misma lectura de Santiago. Tiempo de adviento, tiempo de PACIENCIA en el Señor, tiempo de “humores bien armonizados”, tiempo de equilibrio en Dios y sólo en Él.
¿Tengo PACIENCIA? ¿Soy PACIENTE? ¿Qué ámbitos de mi vida son más proclives a saturarse, alterarse y perder la PACIENCIA? ¿En “quién” se funda mi PACIENCIA…? ¿Aguardo en el Señor… espero en Dios… para ser realmente PACIENTE? ¿Qué puedo hacer en este tiempo de adviento para crecer en PACIENCIA con mis hermanos? ¿Busco en la presencia de Dios tener mis “humores” bien armonizados? En mi vida vincular: ¿Cómo puedo lograr, con la gracia de Dios, longanimidad, serenidad, imperturbabilidad, grandeza de alma y de corazón?
+Mons. Gabriel Mestre
Obispo de Mar del Plata
Argentina
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