Domingo del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. 6 de junio de 2021
Primera lectura: Ex 24,3-8| Salmo: Sal 115,12-13.15-18| Segunda lectura: Heb 9,11-15| Evangelio: Mc 14,12-16.22-26
Este Domingo en la República Argentina y en otras partes del mundo celebramos la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Como un eco del Jueves Santo nuestra reflexión se concentra en el misterio de la Presencia Real del Señor en las especies eucarísticas.
Tomando como eje los textos bíblicos y litúrgicos de este día y la compleja realidad que nos toca vivir en este momento, propongo tres puntitos para reflexionar sintetizados en tres palabras: MIEDO, ALIANZA, PRESENCIA.
- El MIEDO en nuestra vida
- El Dios de la ALIANZA de comunión
- Disfrutar de la PRESENCIA de Jesús Eucaristía
- El MIEDO en nuestra vida
El lema diocesano que acompaña nuestro Corpus 2021 es ¡No teman! ¡Yo estoy con ustedes! La invitación a no temer nos hace tomar contacto con nuestros MIEDOS, nuestros MIEDOS más profundos. Existen MIEDOS más reales, otros más remotos; MIEDOS muy concretos y otros más desvanecidos. Sea como sea, el MIEDO nos afecta. En un primer momento el MIEDO es algo positivo porque es una alerta ante un peligro, el MIEDO nos previene. Sin embargo, el MIEDO se vuelve algo negativo cuando nos instalamos en él. Ahí perdemos libertad, perdemos vida, el MIEDO maneja nuestra existencia y no nos deja realizarnos. Este es el MIEDO que paraliza y no nos deja crecer, nos cierra, nos atomiza… incluso nos enferma. Por eso, en este tiempo largo de pandemia y aislamiento, de dolor y sufrimiento, de enfermedad y muerte, debemos animarnos a tomar contacto con nuestros MIEDOS para poder desarmarlos con la presencia de Dios.
¿Qué implica el MIEDO en mi vida? ¿A qué le tengo MIEDO hoy? ¿Cuáles han sido los MIEDOS más persistentes a lo largo de mi historia personal y familiar? ¿Dejo que el MIEDO sea realmente una alerta en mi vida y me prevenga del mal? ¿Sucumbo a la tentación de instalarme en el MIEDO? En el actual contexto de pandemia y aislamiento: ¿Qué MIEDOS han aflorado con más claridad?
2. El Dios de la ALIANZA de comunión
El Dios cristiano se revela como un Dios de ALIANZA. Tanto la primera lectura como el evangelio nos hablan de la ALIANZA en dinámica de continuidad entre el Primer y el Nuevo Testamento. La segunda lectura nos habla de una Nueva ALIANZA. La realidad de la ALIANZA atraviesa toda la Escritura y expresa el deseo de Dios que quiere que la humanidad se salve y esté en comunión con Él. Por eso, Dios mismo toma la iniciativa y sale de sí al encuentro de las personas para establecer una ALIANZA, una Nueva ALIANZA, una ALIANZA eterna. La ALIANZA de Dios con su Pueblo nos hace caminar en comunión con Él y con nuestros hermanos. No es una ALIANZA personal, es una ALIANZA con el Pueblo, comunitaria, eclesial, sinodal. Por eso, en medio de nuestros miedos, hoy somos invitados a renovar la ALIANZA con Dios como su Pueblo, como Iglesia. Lo hacemos en nuestro camino sinodal conducidos por la audacia del Espíritu y en comunión con toda la Iglesia de América Latina y el Caribe a través del proceso de escucha de la Asamblea Eclesial. Así renovamos hoy la ALIANZA de comunión con Dios y con nuestros hermanos. Nos descubrimos así como Pueblo de la ALIANZA.
Mirando mi vida de fe: ¿Qué implica la palabra ALIANZA? ¿Descubro que Dios quiere hacer ALIANZA conmigo y con mis hermanos? ¿Tengo incorporada la imagen del Dios de la ALIANZA, es decir, el Dios que toma la iniciativa en la comunión y la salvación de la humanidad? ¿Abro mi corazón al Dios de la ALIANZA? En el camino sinodal de nuestra Diócesis: ¿Me descubro como parte importante de este Pueblo de la ALIANZA?
3. Disfrutar de la PRESENCIA de Jesús Eucaristía
En el Evangelio de hoy, en la institución de la Eucaristía, la PRESENCIA física del Señor se transforma en PRESENCIA sacramental que se perpetúa en el tiempo como verdadera alianza. En Corpus celebramos con gozo la PRESENCIA por antonomasia de Dios que se queda en medio de su Pueblo. El Pan y el Vino consagrados son realmente PRESENCIA del Dios vivo y verdadero que alimenta a los seres humanos. Esta PRESENCIA por excelencia refleja la cercanía de Dios que se entrega por su Pueblo en Nueva Alianza. La PRESENCIA es fuente de seguridad en medio de las incertidumbres de la vida. Cada Eucaristía celebrada con los hermanos, cada adoración personal o comunitaria es alabanza al Dios que se hace PRESENCIA real para sostener en el camino. ¡Sí, Dios realmente es PRESENCIA en nuestra vida! ¡Jesús se queda en medio nuestro como Pan y Vino! La solemnidad de Corpus nos habla de la centralidad que la Eucaristía como PRESENCIA sacramental tiene para la vida del discípulo misionero del Señor. Es el Alimento con mayúsculas para la Vida con mayúsculas. Celebramos con gozo que Cristo es “el” Alimento que sacia lo más profundo de nuestro corazón. Se impone para nosotros entonces preguntarnos si realmente disfrutamos, nos llenamos de gozo y nos dejamos alimentar por la PRESENCIA de Jesús en nuestra vida personal y comunitaria.
¿Qué lugar ocupa en mi vida espiritual la PRESENCIA sacramental de Jesús? ¿Cómo vivencio el encuentro con el Señor de la alianza en la Eucaristía de cada Domingo? ¿Disfruto de la PRESENCIA del Señor en cada adoración? ¿Me dejo alimentar por Jesús el Pan de Vida? ¿Encuentro en su PRESENCIA sacramental seguridad para continuar adelante en el camino de la vida superando los miedos?
+Mons. Gabriel Mestre
Obispo de Mar del Plata
Argentina
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