



"La fe es amor y por lo mismo crea poesía y música. La fe es gozo, y por lo mismo crea belleza. Las catedrales no son monumentos medievales sino edificios vivientes en los que nos sentimos en casa; encontramos a Dios y nos encontramos con los otros. Tampoco es la música grandiosa -el canto gregoriano, o Bach o Mozart- cosa del pasado, porque vive en la vitalidad de la liturgia y de nuestra fe. Si la fe está viva, la cultura cristiana no llega a ser pasado sino que permanece viva y presente. Y si la fe está viva, también hoy podemos responder al perenne mandato de los salmos: Cántenle al Señor un canto nuevo" (Benedicto XVI, Audiencia General en el aula Paulo VI, Ciudad del Vaticano, Mayo 21, 2008)