Habitualmente, la Parroquia del Barrio Villa Primera, de la ciudad de Mar del Plata, acompaña mensualmente a más de 50 familias y de manera irregular a muchos más hermanos –muchos en situación de calle-, particularmente con el servicio de ropero y un completo bolsón de alimentos, fruto de la caridad de la comunidad parroquial. La “Noche de la Caridad” también es desarrollada por miembros de esa Parroquia, quienes elaboran una vez al mes viandas con comida caliente para los hermanos en situación de calle.
Asimismo, funciona en su sede de Cáritas el Programa “Creciendo Sanos”, con el que se complementa esa ayuda alimentaria para las mamás con hijos pequeños, ofreciendo carnes y verduras, muchas de ellas de la propia huerta comunitaria que las beneficiarias mantienen en la sede. La ejecución del Programa también hace posible brindar diferentes herramientas de promoción humana a esas madres, con quienes se comparten diferentes talleres.
REDOBLAMOS ESFUERZOS EN LA PANDEMIA
Durante el período de aislamiento social estas obras de caridad no se han detenido, sino que han buscado la forma para mantener todos los servicios posibles, aunque adaptándose a las medidas sanitarias dispuestas por las autoridades gubernamentales. Por ello han implementado la campaña “una caja de alimentos de familia a familia”, con la que se solicitó a los miembros de la comunidad que quisieran, que prepararan –siguiendo las medidas sanitarias correspondientes- una caja que contenga determinados alimentos no perecederos, para ser retirada por voluntarios de Cáritas y ser entregada el día de atención, tal como la familia la preparó, a una familia acompañada por la entidad. De esta manera se manipulan lo menos posible los alimentos y se reduce la cantidad de voluntarios que se deben movilizar para preparar los habituales “bolsones” –ahora cajas-.
Dicha campaña reunió más de cincuenta cajas de más de doce productos cada una, e hizo posible que muchas familias de la comunidad se “hermanen” a una familia de la comunidad que tiene más necesidades y que es acompañada por la Cáritas Parroquial. Asimismo se contó con la donación de una fábrica de quesos, que ofreció sus productos para completar la caja. Siguiendo el calendario habitual, se llevó adelante el recorrido completo de la “Noche de la Caridad” el día asignado a la Parroquia, luego de un pequeño relevamiento realizado en conjunto con otras Parroquias, para poder acercarse a los hermanos en situación de calle y conversar con ellos, además de ofrecerles un plato de comida caliente, fruta, pan, trozos de queso, y ropa de abrigo y frazadas –a aquellos que las necesitaban.
En la Parroquia Santa Ana redoblan esfuerzos y estan #mascomprometidosquenunca para acompañar a los que más sufren.