El obispo Gabriel Mestre presidió la celebración del Jueves Santo en la Catedral de Mar del Plata en un estricto cuidado sanitario y lavó los pies a 12 servidores, ciudadanos que trabajan atendiendo la pandemia.

En su homilía dijo: «este es un día muy importante porque celebramos el ministerio sacerdotal, la eucaristía y el mandamiento del amor.

El sacerdocio ministerial, debemos dar gracias a Dios por su servicio. Pedimos para que surjan nuevas vocaciones que acompañen al pueblo de Dios. Gracias a Dios por los ministros de toda la diócesis y por las vocaciones, y pedimos perdón como iglesia por los errores que desfiguran el rostro de Jesús buen pastor.

La Eucaristía es nuestro alimento espiritual. Este año fue complicado pero ahora estamos recuperando, con cuidados, el encuentro con el pan vivo bajado del cielo. Celebrar, comulgar y adorar: estas son las actitudes o verbos propios de nuestra dinámica de vida en relación con el Padre. Gracias Jesús que te quedas como Eucaristía en medio de nosotros, débiles, frágiles y pecadores que necesitamos la presencia de Dios.

El mandamiento del amor se expresa en el lavatorio de los pies, como manifestación del amor y la entrega de Jesús hacia la humanidad. Tenemos que aprender a lavarnos los pies los unos a los otros. Esto es el amor en clave cristiana.

Hoy elegimos doce apóstoles locales que representan a los grandes trabajadores y servidores en esta pandemia, de servicio y entrega con su trabajo que significo un lavado de pies a sus hermanos. Trabajadores municipales, provinciales, nacionales y del sector privado, enfermos de COVID recuperados, trabajadores de los medios que llevaron amor a la población, comunicadores del obispado celebrando la misa diaria, médicos que respondieron demandas de la salud, cuidadores de adultos mayores, docentes que nunca abandonaron su misión, enfermeros del HIGA, investigadores del INE, enfermeros del hospital de niños, kinesiólogos que ayudaron a recuperar la respiración a enfermos, enfermeros y médicos que aplican vacunas que nos llenan de esperanza.

Muchas gracias a todos ellos», finalizo el obispo.