Solemnidad de Santa María Madre de Dios – 1º de enero de 2022
Primera lectura: Núm 6,22-27| Salmo: Sal 66,2-3.5-6.8| Segunda lectura: Gál 4,4-7| Evangelio: Lc 2,16-21
El primer día del año civil (1º de enero) la liturgia de Iglesia celebra a Santa María Madre de Dios. Esta fiesta está profundamente relacionada con el Misterio de la Navidad dado que, la maternidad de María, se hace efectiva cuando la Palabra se hace carne. El Concilio de Éfeso en el 431, confirma lo que ya creía y confesaba claramente el pueblo cristiano: María es Madre de Dios. En lengua griega, “Madre de Dios” se dice con una palabra un poco extraña pero que vale la pena recordar: theotokos. En sentido estricto, este Concilio no resuelve una cuestión mariológica sino cristológica. Para Nestorio, un hereje de aquellos tiempos, María era solo madre de la parte humana de Jesús, introduciendo así una división peligrosa en Jesús que haría que fueran dos personas. Ante este error, la fe de la Iglesia proclama este dogma afirmando que Jesucristo posee dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la única Persona del Hijo de Dios (CCE 481).
El texto evangélico de hoy es la segunda parte del episodio del Nacimiento de Jesús según lo relata Lucas. Es la continuación del que escuchamos en Navidad. A la luz de este texto y en el marco de la Jornada Mundial de la Paz que celebramos todos los años este día, propongo tres puntos para meditar y orar sintetizados en tres palabras: MARÍA, PASTORES, PAZ.
- Con MARÍA contemplar el misterio de Dios en la vida
- Con los PASTORES de Belén alabar y glorificar a Dios
- Con la bendición de Dios construir una PAZ duradera
- Con MARÍA contemplar el misterio de Dios en la vida
En medio de los acontecimientos del Nacimiento, la Palabra nos dice que la Virgen MARÍA “conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón”. Los dos verbos griegos que están en juego son syneterein (“conservar”) y symballein (“meditar”). Ambos se pueden traducir de varias formas posibles. El primer verbo podría ser “guardar”, “intentar comprender”, “buscar el sentido exacto”, “mirar con profundidad”. El segundo podría traducirse como “calcular con profundidad”, “evaluar”, “interpretar”, “rumiar”, “deducir”. Todas estas acepciones implican un esfuerzo humano, en el corazón de MARÍA, pero claramente abierto al misterio de Dios. Por eso, tal vez, la palabra y el verbo que más sintetiza la actitud de MARÍA sea “contemplar”. Ella contempla todo lo que acontece desde su corazón humano pero puesto ante el misterio de Dios que todo los sobrepasa y a todo le da sentido. Eso es ser “contemplativo”. Con MARÍA elijamos comenzar el año con una actitud profundamente contemplativa ante lo bueno, regular o malo que nos ocurra hoy, o lo que vaya aconteciendo a lo largo del tiempo. Ser profundamente contemplativos implica superar distintas actitudes negativas en el camino de nuestra vida: la desesperación, la improvisación y la superficialidad.
¿Cómo miro la realidad del mundo y de la historia? ¿Cómo afronto las circunstancias de mi vida? ¿Soy contemplativo como MARÍA? ¿Busco ser “contemplativo en la acción” en medio de las coyunturas de mi existencia? ¿Qué implica para mí hoy ser contemplativo? En este momento: ¿Qué cosas deberé “conservar y meditar en mi corazón” como MARÍA? ¿Cómo puedo comenzar el año para superar toda desesperación, improvisación y superficialidad?
2. Con los PASTORES alabar y glorificar a Dios
También los PASTORES de Belén como María “contemplan” todo lo que ha acontecido. Una vez que terminan, nos dice el texto que regresan a sus actividades habituales “alabando y glorificando a Dios”. ¡Qué hermosa actitud para imitar en medio de las vicisitudes buenas y malas de nuestra vida cotidiana! Ante lo positivo y también, y sobre todo, ante lo complejo que pueda aparecer, tener la capacidad de levantar la mirada y en vez de cerrarnos, ofuscarnos y enojarnos, ser capaces de alabar y glorificar al Señor. Con los PASTORES, cómo los PASTORES de Belén comencemos el año alabando y glorificando a Dios.
¿Cómo reacciono ante las dificultades cotidianas de la vida? ¿Qué es lo primero que brota de mi corazón: enojo, “bronca”, cerrazón…? ¿Qué puedo hacer para tener la actitud de los PASTORES de Belén? ¿Cómo puedo lograr alabar y glorificar a Dios en toda circunstancia? Mirando a Dios: ¿Cómo puedo lograr ser más optimista en medio de las contradicciones de la vida?
3. Con la bendición de Dios construir una PAZ duradera
En el marco del inicio del año civil, la liturgia actualiza y nos recuerda la bendición de Dios, sobre todo a partir de la primera lectura y el salmo. También, como se realiza desde hace más de 50 años, el Papa nos regala en este día el Mensaje de la Jornada Mundial de la PAZ. Este año, la temática que nos propone el Papa Francisco queda bajo el título: Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una PAZ duradera. Todos somos invitados a construir una PAZ duradera allí donde habitualmente se desarrolla nuestra vida. Solo es posible con la bendición que nos viene de Dios. La PAZ no la podemos construir con las pobres fuerzas humanas. En este inicio del año 2022, con la fuerza de Dios el Papa nos compromete a ser instrumentos y artesanos de una paz duradera teniendo como eje tres horizontes: Aquí me gustaría proponer tres caminos para construir una PAZ duradera. En primer lugar, el diálogo entre las generaciones, como base para la realización de proyectos compartidos. En segundo lugar, la educación, como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo. Y, por último, el trabajo para una plena realización de la dignidad humana. Estos tres elementos son esenciales para la gestación de un pacto social sin el cual todo proyecto de PAZ es insustancial.
¿Me descubro como “bendecido” de Dios en todo momento? ¿Capto que el Señor hoy y siempre me bendice a mí, a mi familia y amigos? En mi vida cotidiana: ¿busco realmente “la no violencia”? En mis palabras, en mis gestos, en mis actitudes: ¿reflejo que realmente me alejo de toda forma de violencia? ¿Busco, con la gracia de Dios, ser un verdadero constructor de la PAZ duradera? ¿De qué forma puntual y concreta? ¿Qué puedo hacer en mi familia y mi ambiente para que todos seamos artesanos de la PAZ? ¿Cómo estimular la creatividad y la originalidad para que todos seamos constructores de una verdadera cultura del encuentro que supere toda forma de violencia?
+Mons. Gabriel Mestre
Obispo de Mar del Plata
Argentina
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