En una ceremonia religiosa presidida por el padre obispo Gabriel en la Iglesia Catedral, se realizaron la Admisión como candidatos a las órdenes sagradas de Leonardo Ponce y Agustín Corral y la Institución al ministerio del acolitado de Juan Marcos Degl’innocenti.
En el marco de la semana vocacional, tres jóvenes dieron un
nuevo paso en su camino al sacerdocio, acompañados de sus hermanos
seminaristas, los sacerdotes formadores, sus familiares, amigos y toda la
comunidad.
En su homilía el padre obispo hizo referencia a la lectura
del día que en el texto de Zaqueo (Lc 19) presento sus tradicionales tres
puntidos. La casa como templo, ya que hoy celebramos las primeras vísperas de
su dedicación. En segundo lugar el obispo destacó la vocación como “casa”,
donde se da el encuentro con Jesús, como lo experimenta Zaqueo. Por último
utilizó la palabra configuración para definir la vida de Juan Marcos, Leo y
Agustín que atraviesan la segunda gran etapa de la formación inicial
acercándose a la vida sacerdotal. De
manera más inmediata Juan Marcos que recibe el acolitado y con un poco más de
tiempo Leo y Agustín que reciben la admisión a las sagradas órdenes.
TESTIMONIOS
El marplatense Leonardo Ponce, dijo que esta ceremonia es “un paso importante dentro de un camino que empezó hace muchos años y que va a continuar, que es justamente el paso de Dios por mi vida y su obra que a través de mí quiere llegar a muchas personas”. Agustín Corral, de Necochea, sobre la ceremonia que vivió hoy en la Catedral dijo “En la admisión la Iglesia te vuelve a regalar su confianza. Te vuelve a confirmar en el camino. Es la voz de la Iglesia, y en ella la voz de Cristo, que te vuelve a llamar y a confirmar en el camino. Es una parte muy importante dentro del camino de la vocación, justamente porque es la voz de la Iglesia que, viendo signos de vocación en uno, te confirma aquello que uno viene trabajando durante el camino. Es un paso muy importante, sin embargo el discernimiento y la escucha del Dios que llama continúa, y es importante no dejar de prestar atención y saber que el camino para la ordenación exige de nosotros un compromiso mucho mayor”. Por su parte, al recibir la Institución al ministerio del acolitado, Juan Marcos Degl’innocenti dijo que “este ministerio me acerca más a Jesús Eucaristía y también a los hermanos que van a buscarlo. Desde este nuevo ministerio oficialmente puedo llevar a Jesús a todos aquellos que no pueden participar de las celebraciones y colaborar estrechamente desde el servicio litúrgico del altar”
FOTOS: Gaby Tumini
1 Comentario
Ricardo Daniel Ferrero
el 24 febrero 2022 a las 15:30
El hogar del consagrado es el ser amados por Dios en JesuCristo: segùn mi entender de vida, ser amado es la definiciòn del ser hijo en familia y la de hijo de Dios, la del cristiano.
Tal estado de ser nos vocaciona para arrasar virtuosamente (sin cabida por el prejuicio hipòcrita o hipocresìa o tibieza de vida por por la estupidèz del mal o agresiòn de los injustos y malditos en su obrar) en la compasiva libertad digna y respetuosa siempre, de los hijos de Dios…la anchura y profundidad espiritual por vivir ante Dios en su santo amor y la fèrrea justicia, sin amague de claudicaciòn, porque somos sus sagrados hijos nos debemos esmerado y fecundo respeto al tratarnos. Cultivemos lo eximio desde el Señor, que para caer de las alturas a lo màs bajo y penoso para nuestra alma y dar ejemplo de mal, nos basta un solo acto de egolatrìa sin respuesta pronta de reparaciòn y mejor cultivo de lo que venimos viviendo. Degl’innocenti, Agustín Corral, Leonardo Ponce, ¡¡Salud hijos de Dios!!, que la fraternidad viene por añadidura. FerreroRDG. PD: agradecerè correo o tel. del «gallego» Garcìa que anda de profesor por allì (y su hermana es Laura Garcìa.) hace unos 40 años fuè seminarista en el menor y mayor de La Plata. Debo consultarlo. Ferrero
El hogar del consagrado es el ser amados por Dios en JesuCristo: segùn mi entender de vida, ser amado es la definiciòn del ser hijo en familia y la de hijo de Dios, la del cristiano.
Tal estado de ser nos vocaciona para arrasar virtuosamente (sin cabida por el prejuicio hipòcrita o hipocresìa o tibieza de vida por por la estupidèz del mal o agresiòn de los injustos y malditos en su obrar) en la compasiva libertad digna y respetuosa siempre, de los hijos de Dios…la anchura y profundidad espiritual por vivir ante Dios en su santo amor y la fèrrea justicia, sin amague de claudicaciòn, porque somos sus sagrados hijos nos debemos esmerado y fecundo respeto al tratarnos. Cultivemos lo eximio desde el Señor, que para caer de las alturas a lo màs bajo y penoso para nuestra alma y dar ejemplo de mal, nos basta un solo acto de egolatrìa sin respuesta pronta de reparaciòn y mejor cultivo de lo que venimos viviendo. Degl’innocenti, Agustín Corral, Leonardo Ponce, ¡¡Salud hijos de Dios!!, que la fraternidad viene por añadidura. FerreroRDG. PD: agradecerè correo o tel. del «gallego» Garcìa que anda de profesor por allì (y su hermana es Laura Garcìa.) hace unos 40 años fuè seminarista en el menor y mayor de La Plata. Debo consultarlo. Ferrero