Desde el Secretariado de Pastoral Social de la Diócesis de Mar del Plata y la Mesa de Diálogo por la Dignidad de las Periferias expresamos nuestro profundo dolor e indignación por la muerte de un hombre en situación de calle, en el contexto de frío extremo, abandono y violencia estructural.

Una vez más, la desidia y la indiferencia se cobran una vida que podría haberse cuidado. Vivir en la calle no es una elección, es el resultado de múltiples exclusiones: falta de trabajo, salud mental desatendida, vínculos rotos y ausencia de políticas públicas integrales.

El Estado debe asumir su responsabilidad indelegable. Exigimos el cese inmediato de todo tipo de violencia hacia las personas en situación de calle, ya sea institucional, social o simbólica. Ninguna persona merece ser descartada.

Reclamamos con urgencia un sistema de atención que contemple:
*Respuestas rápidas y coordinadas ante las olas de frío.
*Dispositivos dignos y permanentes para personas sin techo.

*Políticas de salud mental comunitaria que abracen sin criminalizar.
*Presencia activa en los territorios donde la vida está en juego.


Cuidar a los más vulnerables no es caridad: es justicia.


Secretariado de la Pastoral Social.
Mesa de Dialogo por la Dignidad de las Periferias.

Pbro Hernán David
Vicario General