Son testimonio y prueba de la fe del pueblo. Se encuentran en muchas de las parroquias y obras de diócesis. Catálogo y revalorización. Trabajo en parroquias.
En diciembre de 2020 se conformó la Comisión Diocesana de Bienes Culturales, con la participación de delegados de cada Decanato interesados en la temática. Desde el comienzo se intenta lograr un equipo con mirada multidisciplinar y sobre todo con conocimiento especializado, es por eso que fueron convocados delegados y profesionales de distintas áreas (historia, arquitectura, restauración, turismo, archivología, música, artes, patrimonio, derecho).
En diciembre de 2019, Mons. Mestre nombró Delegada Episcopal para los Bienes Culturales a la Arquitecta Analía Benítez, con una activa participación en distintas comunidades parroquiales y pastorales diocesanas en donde creció en la fe y en el servicio.
Analía Benítez es arquitecta en la UNMdP desde 2004, ejerce la docencia universitaria y la profesión en forma independiente. Cuenta además con una Maestría en gestión del patrimonio arquitectónico y urbano. Desde la profesión también realizó obras y reformas en varias parroquias de la diócesis.
Qué son los Bienes Culturales
“El objetivo de nuestro trabajo es custodiar los bienes del patrimonio cultural de la Iglesia en el ámbito diocesano, preservando y promoviendo el diálogo entre la fe y la cultura a través de ellos”, dice la Arq. Analía Benítez.
Para alcanzar estos objetivos la Comisión trazó dos líneas de acción, una de organización de actividades puntuales para promover la valorización y difusión de los bienes culturales eclesiásticos; y otra de trabajo permanente a la que apuestan a mediano y largo plazo.
Catálogo de bienes culturales
Uno de los trabajos más importantes es el registro y catalogación de los bienes del patrimonio cultural de la diócesis (material e inmaterial), a fin de conocer toda la riqueza con la que cuenta toda la diócesis. “Este trabajo llevará tiempo y la dedicación de muchas personas, sin embargo es la base para que todas las acciones posteriores sean organizadas y efectivas en lo que refiere a difusión, gestión para la conservación y restauración, acceso turístico, producción de material de investigación, etc”, agrega la Delegada de Bienes Diocesanos de la Diócesis.
Contar con un catálogo organizado y jerarquizado permitirá a la diócesis acceder, entre otras cosas, a subsidios para restauraciones. Para iniciar estas gestiones “es preciso establecer un orden de prioridades sobre el patrimonio mueble e inmueble existente, y esto se hace partiendo de un inventario completo que detecta los valores de cada bien y el estado actual; a menos, claro, que se trate de una intervención de emergencia” puntualiza Analía Benítez..
Visita a las parroquias
Para llevar adelante este trabajo se requiere de la colaboración de los párrocos, de los religiosos y religiosas, y de quienes estén a cargo de material de archivo. Es preciso tener acceso a los espacios físicos, a datos y también conocer su testimonio y vivencias.
Los miembros de la Comisión visitarán las parroquias y los templos de órdenes religiosas para trabajar sobre los bienes de la Iglesia que tienen a cargo y a la vez harán un relevamiento de las necesidades de cada lugar en cuanto a restauración.
Qué es el patrimonio cultural de la iglesia
El Patrimonio Cultural de la Iglesia es el conjunto de bienes culturales que la Iglesia posee y que fue creado para ser utilizado para el culto y la evangelización. Esos bienes en sí mismos son testimonio y prueba de la fe del pueblo. Decimos ‘culturales’ porque tienen uno o varios valores de importancia: valor arquitectónico, artístico, técnico, histórico, social, etc.
Son instrumentos puestos al servicio de la misión de la Iglesia con referencia a la catequesis, al culto, a la cultura y a la caridad; es por esto que sus componentes teológicos y pastorales son inseparables de la conservación física.

