En el marco del Día del Inmigrante, celebrado el pasado 4 de septiembre en el Club Español de Mar del Plata, monseñor Ernesto Giobando, obispo de la diócesis, compartió una reflexión sobre el valor de la fraternidad en la construcción de la Nación.

El obispo recordó “el esfuerzo de abuelos, bisabuelos y padres que pusieron hombro a hombro para construir esta tierra” y señaló que hoy es responsabilidad de las nuevas generaciones continuar esa tarea.

Retomando las palabras del Papa Francisco en Fratelli tutti, afirmó: “somos hermanos y hermanas, y tenemos que estar juntos”. En ese marco, deslizó con una sonrisa que “no voy a citar al Martín Fierro con el Quijote delante, pero si entre nosotros no somos hermanos, nos devoran”.

Giobando remarcó que la fraternidad no significa uniformidad, sino la riqueza de las diferencias: “tenemos que vivir en un poliedro, donde hay distintos colores y distintas perspectivas, pero dentro de un mismo proyecto común”.

Finalmente, invitó a la oración “para que podamos ser hermanos y hermanas y sentirnos parte de un gran proyecto que es construir esta Nación, honrando a nuestros mayores y dejando a los que vienen un mundo mejor”.