TESTIMONIO
Fratelli Tutti, la encíclica de Francisco sobre la fraternidad y la amistad social.

TESTIMONIO
Fratelli Tutti, la encíclica de Francisco sobre la fraternidad y la amistad social. Por el Pbro Ezequiel Kseim

En estos días pude leer la encíclica Fratelli Tutti, y sigo resonando con muchos de sus párrafos. Me impactó su estilo particular: simple, concreta, profunda impregnada del criterio evangélico de punta a punta, ese que sólo quien tiene oídos puede oír.

El documento transpira agudeza al mostrar tanto la verdad del magisterio social de la Iglesia a través del tiempo, cuanto los modos concretos de encarnar las actitudes que se corresponden con una vivencia profunda y coherente con esa verdad proclamada.

Ante una realidad que se presenta como un poliedro donde las diferencias conviven complementándose, enriqueciéndose e iluminándose recíprocamente, la propuesta siempre es transparentar la caridad expresada en la relación con las personas sin ponerles categorías ni etiquetas, es persona y por eso mismo cuenta desde el vamos con mi respeto y amor fraterno.

Se destaca el valor de entrar en el mundo del otro desde un verdadero diálogo. Se suele confundir el diálogo con algo muy diferente: un febril intercambio de opiniones en las redes sociales, muchas veces orientado por información mediática no siempre confiable. Son sólo monólogos que proceden paralelos, quizás imponiéndose a la atención de los demás por sus tonos altos o agresivos. Pero los monólogos no comprometen a nadie, hasta el punto de que sus contenidos frecuentemente son oportunistas y contradictorios (n. 200).

Ese diálogo es posible a partir desde una clara identidad personal y de la fe cristiana y católica, que permite distanciarse de cualquier relativismo, y a la vez superar ideologías que limitan la posibilidad de un diálogo verdadero con todos los hombres y con cualquier realidad intra y extraeclesial. Siempre con amabilidad, que es el fruto de un corazón reconciliado con Dios, y que por eso mismo está en paz, que no reacciona con juicios limitantes por sobre los otros: Nunca se debe encasillar al otro por lo que pudo decir o hacer, sino que debe ser considerado por la promesa que lleva dentro de él, promesa que deja siempre un resquicio de esperanza (n. 228).

Ese corazón reconciliado, hermano de todos, también se abre al mundo complejo y desafiante, trascendiendo fronteras que muchas veces son solamente mentales. Y es desde ahí que el Santo Padre convoca a rehabilitar la buena y sana política, que no queda supeditada a los intereses económicos miopes o a los diferentes manejos del poder, y se propone la importancia de recuperar su esencia profunda: es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común (n. 180).

¿Qué más te puedo decir?

Invitarte a leerla, meditarla, disfrutarla y permitir que te cuestiones y cuestione tu forma de relacionarte con la realidad, a asumir una nueva mirada desde un corazón nuevo, corazón de hermano, transformado con la suavidad del Espíritu Santo. Y como para ser hermanos hay que aprender a ser mediadores y no intermediarios (n. 282), te invito, te insisto: leela, que no te la cuenten!

Pbro. Lic. Ezequiel Kseim
Canciller de la Diócesis
Párroco de Jesús Obrero