En un clima de alegría pascual, aunque con el dolor de la partida física del Papa Francisco, la comunidad parroquial de San Andrés, en Miramar, recibió a su nuevo párroco, el padre Luis Albóniga. La celebración, que tuvo lugar el pasado jueves 24 en el templo parroquial estuvo presidida por el obispo diocesano, monseñor Ernesto Giobando sj. y concelebrada por gran cantidad de sacerdotes.

Tras la lectura del decreto de nombramiento, siguió la tradicional bendición con agua bendita por parte del nuevo párroco a toda la asamblea litúrgica, en memoria de ser pueblo de bautizados.

Monseñor Giobando exhortó al comentar las lecturas bíblicas que se proclamaron, a que “el Pueblo de Dios no suelte a sus Pastores, que muchas veces deben cruzar oscuras quebradas, para ser ese signo del Señor que siempre está con nosotros y nos invita a poner la confianza en Él”, y pidió para el padre Luis “que la alegría de Jesús lo siga acompañando en esta etapa de su ministerio para poder anunciarlo con la palabra y con la vida.”

A la luz del Evangelio, el Obispo aseveró que “Jesús resucitado al mostrar sus llagas también cura las nuestras, así como en el cenáculo, donde vemos a los discípulos atónitos, con miedo o con falta de fe, para que no sean llagas abiertas del dolor, sino llagas de esperanza. 

Al promediar la celebración, Carolina Carnicero, miembro de la comunidad parroquial y representante legal de las escuelas del Obispado en Miramar, dirigió sentidas palabras al nuevo pastor de la comunidad. Por su parte el padre Luis agradeció “al Obispo por renovar su confianza” y tras expresar que “Miramar es un ciudad y una parroquia a la que vine varias veces y estos días estuve recorriendo la ciudad”, manifestó su deseo de “llegar a todos con la Buena Noticia de Jesús, para lo que será necesario seguir caminando juntos.”