Con una misa presidida por el obispo diocesano, monseñor Ernesto Giobando sj., se celebró el jubileo de los diáconos, quienes participaron de la Eucaristía y renovaron su compromiso de servicio desde esa vocación específica.

La celebración se desarrolló el pasado lunes 11 en la Iglesia Catedral y contó con la participación, además, de los sacerdotes que comparten con los diáconos la tarea pastoral en las parroquias en las que están destinados. También asistieron siete candidatos al diaconado de diferentes comunidades de la diócesis.

A la luz del Evangelio que se proclamó, monseñor Giobando exhortó a “vivir en la Iglesia como hijos” y aseveró que “más allá de las situaciones de dolor que como en toda familia podemos vivir, el Señor nos invita a ordenar los afectos para que podamos servir y amar mejor, que es el centro de toda vocación cristiana.

También compartió palabras del papa Francisco en el jubileo de los diáconos en Roma, tras recordar que fue en esos días en los que en la diócesis el Obispo iniciaba su ministerio pastoral. En esa línea, los invitó a ser “servidores de la Palabra, del altar y de los pobres”, y destacó que “los diáconos son quienes realizan el primer anuncio en ámbitos tan amplios que muchas veces son difíciles, ya que están en una familia, y en medio de las realidades del mundo.”

Finalmente evocó la figura del diácono San Esteban y afirmó que “a veces hoy también nos pueden tirar piedras, pero esas piedras nos tienen que ayudar a recuperar la dimensión del perdón, como tantos mártires: San Esteban, San Lorenzo”, y pidió “que ellos nos ayuden a ser fieles en el servicio y en la vocación.”

Al final de la Misa, tanto monseñor Giobando como el padre Fernando Mendoza, responsable diocesano de la formación de los diáconos y candidatos al diaconado, agradecieron su tarea como así también a sus familias allí presentes, por acompañarlos en esta misión.