Domingo 4º de Pascua Ciclo A – 30 de abril de 2023
Primera lectura: Hch 2,14a.36-41 | Salmo: Sal 22,1-6 | Segunda lectura: 1Ped 2,20b-25 | Evangelio: Jn 10,1-10
Este Cuarto Domingo de Pascua, como todos los años, la Liturgia de la Iglesia nos hace contemplar a Jesús el Buen Pastor. Compartimos hoy, en el Ciclo A, los primeros diez versículos de la reflexión del Señor sobre el Pastor que se encuentra en el texto completo de Jn 10,1-30. En esta parte del relato, además del Pastor, Jesús se compara con la “puerta de las ovejas”. El final del Evangelio de hoy tiene la hermosa frase de Jesús que nos recuerda que vino a traer “Vida en abundancia” (Jn 10,10). Profundizaremos el tema de la Vida el próximo Domingo, cuando el Señor dirá que es Camino, Verdad y Vida.
A la luz del Evangelio de hoy, propongo tres puntos sintetizados en tres verbos: ROBAR, ESCUCHAR, PASTOREAR.
- ¡No nos dejemos ROBAR!
- ESCUCHAR la voz del Pastor
- PASTOREAR como Jesús
- ¡No nos dejemos ROBAR!
En el texto aparece dos veces la dura expresión de “ladrón y asaltante” en contraposición con la figura del pastor. Lo propio del ladrón y asaltante es ROBAR, matar y destruir. Esto que lo conocemos, y muchas veces padecemos a nivel social, tiene repercusiones elocuentes a nivel espiritual. ¿Quiénes son o pueden ser hoy los “ladrones y asaltantes” que ROBAN? Personas, grupos y/o circunstancias que nos apartan del camino del Señor y de la fuerza de la Pascua. El símbolo del ladrón que ROBA es muy fuerte. El Papa Francisco en Evangelii Gaudium utiliza la metáfora del ROBAR de forma muy gráfica y directa con los “siete no nos dejemos ROBAR…”:
- ¡No nos dejemos ROBAR el entusiasmo misionero! (EG 80).
- ¡No nos dejemos ROBAR la alegría evangelizadora! (EG 83).
- ¡No nos dejemos ROBAR la esperanza! (EG 86).
- ¡No nos dejemos ROBAR la comunidad! (EG 92).
- ¡No nos dejemos ROBAR el Evangelio! (EG 97).
- ¡No nos dejemos ROBAR el ideal del amor fraterno! (EG 101).
- ¡No nos dejemos ROBAR la fuerza misionera! (EG 109).
No nos dejemos ROBAR estas siete, como tampoco tantas otras realidades que Dios nos otorga para ser felices: la fe, el optimismo, la paz, la justicia, el diálogo, la confianza, la compresión, el perdón, la misericordia, el servicio… No nos dejemos ROBAR nada de lo bueno que Dios quiere regalarnos hoy y siempre.
¿Quién o quiénes pueden ser hoy en mi vida “ladrones y asaltantes” que me ROBAN? ¿Me dejo atrapar por los excesos de la “sociedad de consumo”? ¿Me quedo atrapado en “discursos ideológicos” limitados y parciales que desfiguran la verdad de las cosas? ¿Me dejo ROBAR, en el sentido espiritual-vocacional del término…? ¿Qué realidades buenas y positivas el Señor me regala y yo puedo estar descuidando? De los siete “no nos dejemos ROBAR” del Papa Francisco: ¿Cuáles tres me resultan más significativos en este momento de mi vida?
2. ESCUCHAR la voz del Pastor
A lo largo de un mes o una semana de nuestra vida ESCUCHAMOS infinidad de voces que desde afuera o desde adentro mismo nos hablan, nos sugieren y, en algunos casos, nos taladran y hasta se nos imponen. Unas son buenas, otras no tanto y algunas incluso pueden ser claramente negativas y destructivas. En medio de este gran caos de ruido mundanal de voces hay que discernir y ESCUCHAR la voz del único Pastor. Hay que superar las interferencias para que la voz del Pastor que lleva a la Vida pueda tener primacía en nuestro corazón. ESCUCHAR su voz que nos llama por nuestro nombre porque nos conoce ya que somos sus ovejas. Tenemos que ESCUCHAR la voz del Pastor en la oración con la Biblia, en la Liturgia de la Iglesia, en la voz del Papa, en el Catecismo de la Iglesia… ESCUCHAR la voz de Jesús que late en los acontecimientos y en la vida de toda la comunidad. Hoy y siempre hay que dejarse pastorear por Jesús ESCUCHANDO su Palabra, hay que ser oveja obediente siguiendo al Pastor.
¿Qué “voces” ESCUCHO a lo largo de una semana de mi vida…? ¿Cuáles tienen más fuerza en mi corazón hoy? ¿Qué voces “negativas” me están acosando hoy: fracaso, decepción, miedo…? ¿Busco ESCUCHAR y reconocer la voz de Jesús en medio de las diversas “voces”? ¿Busco superar las “interferencias”? ¿ESCUCHO a Jesús en la lectura orante de la Biblia, en la Lectio Divina? ¿Es la Eucaristía Dominical espacio privilegiado donde ESCUCHO la voz del Pastor que me alimenta y me sostiene a lo largo de la semana? ¿Intento formarme en con los documentos de la Iglesia que actualizan la voz del Pastor a las circunstancias de nuestro tiempo?
3. PASTOREAR como Jesús
El único Buen PASTOR con mayúscula es Dios. Él nos pastorea y nosotros escuchamos su voz como veíamos en el punto anterior. Sin embargo, Dios elige dentro de su pueblo PASTORES para que sean imagen de su presencia. Los ministros ordenados PASTOREAN sus comunidades en nombre del Señor. Esto es el sacerdocio ministerial. Pero también, a la luz del sacerdocio común de los fieles, podemos ver y descubrir que todos somos PASTORES. Lo es el catequista, el animador de grupo, el servidor de Cáritas… lo es el papá y la mamá en la familia, los tíos, los abuelos… Son PASTORES los docentes, los médicos, los voluntarios de una ONG… Todos, de una forma u otra, en la PASTORAL de la Iglesia, estamos llamados a ser imagen de Jesús el Buen PASTOR llevando y transmitiendo la Vida en abundancia que nos trae el Señor. Tenemos que dejarnos PASTOREAR por Jesús para ser nosotros PASTORES en nuestro mundo cotidiano. Transmitiendo, no nuestra palabra, sino la Palabra del único PASTOR, Jesucristo el Señor de la Historia.
¿Descubro que Jesús hoy me llama a ser “PASTOR”? ¿De quién/es debo ser hoy “PASTOR”? ¿Qué implica para mí hoy “PASTOREAR”? ¿Lo tengo presente, lo ejecuto…? ¿Cómo lo hago si tengo alguna tarea o responsabilidad en la estructura visible de la Iglesia en una parroquia, movimiento o comunidad? ¿Cómo “PASTOREO” de forma asistemática en el mundo? ¿Cómo soy “PASTOR” con mis compañeros de trabajo, de estudio, en el edificio o el barrio? ¿Transmito realmente la Palabra del único PASTOR, Nuestro Señor Jesucristo?
+Mons. Gabriel Mestre
Obispo de Mar del Plata
Argentina
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