El  jueves 24 se realizará la primera Sesión del Sínodo con la presencia de alrededor de 400 sinodales de toda la diócesis para trabajar en común propuestas para una Evangelización y Catequesis  renovadas.

La Diócesis de Mar del Plata, luego de casi cuatro años de trabajo pastoral previo, llega a las puertas de la realización del Primer Sínodo Diocesano bajo el lema “Caminemos juntos en la audacia del Espíritu para una Evangelización y Catequesis renovadas”.

El próximo jueves 24 se realizará la primera Sesión del Sínodo Diocesano luego de un intenso trabajo en todas las ámbitos de la diócesis, interrumpidas en algún momento por la pandemia, pero siempre con el ardor de construir juntos este momento de nuestra Iglesia Diocesana junto al Papa Francisco.

Sesiones
La  celebración del Sínodo tiene cuatro Sesiones (24 de marzo, 14 de mayo, 17 y 18 de junio y 14 y 15 de agosto). Cada una de estas sesiones tendrá un particular modalidad de trabajo.

Todos los miembros sinodales titulares elegidos por sus comunidades tienen el deber de participar en todas las Sesiones del Sínodo, de esta forma aportar desde lo que vayan reflexionando con tu espacio eclesial de origen.

El 24 de marzo el padre obispo Gabriel presidirá la Misa de Inauguración en la Catedral a las 9:30 hs. a la que está invitados todos los fieles de la diócesis. En esa celebración todos los sinodales, titulares y suplentes, harán su profesión de fe. Luego los sinodales titulares continuarán la primera Sesión en el Colegio Santa Cecilia hasta las 18:30 hs.

En esta Sesión se trabajará sobre todo en los “Sueños” que volcaron todos los miembros de las diócesis con sus propuestas para compartir en el grupo de trabajo en el cual pondrán en común lo reflexionado en este tiempo. En cada sesión habrá un espacio para la intervención de los sinodales ante la Asamblea.

¿Qué es la sinodalidad?

La sinodalidad es el caminar juntos en la audacia del Espíritu de la comunidad de fe y amor de los discípulos misioneros del Señor. Es el modo de ser Iglesia que nos regaló Jesús y que queda de manifiesto en los textos del Nuevo Testamento y en lo más genuino de la tradición eclesial. La sinodalidad no es un evento, es un estilo de ser Iglesia que está en su ADN. No puede haber Iglesia que no sea sinodal. El estilo sinodal, que no es optativo ni se negocia, reclama espiritualidad, actitudes y caminos pastorales adecuados. Uno de estos caminos es la realización de sínodos como acontecimientos particulares de la vida eclesial.

La Iglesia invita a los sinodales para que sean verdaderos discípulos de la escucha, el diálogo y el discernimiento en cada tema que se vaya a desarrollar en el aula sinodal.