Obispo de la costa Argentina aplica el legado de Francisco a un proyecto de desarrollo.

Inés San Martín 08 Ene 2022 • Lectura de 9 minutos

La playa de La Perla en Mar del Plata, durante la temporada alta de verano. (Foto Leandro Kibisz/WikiCommons.)

ROSARIO, Argentina – Más allá de que los argentinos están notoriamente divididos, cuando se trata de sus vacaciones de verano, todos tienen una cosa en común: todos los que pueden permitirse viajar han estado en la ciudad costera de Mar del Plata al menos una vez o quieren ir pronto.

Interminables extensiones de playas de arena, con fuertes vientos que obligan a los turistas locales a invertir casi tanto en el alquiler de una «carpa» para sus visitas a la playa como en el alojamiento para sus escapadas, esta ciudad oceánica y portuaria es famosa por su vida nocturna, sus alfajores y su pescado.

Por eso, la perspectiva de que Mar del Plata pueda cambiar pronto ha disparado la alarma nacional.

El gobierno del presidente Alberto Fernández aprobó recientemente el establecimiento de excavaciones petroleras frente a las playas de la ciudad conocida como La Feliz, lo que podría no sólo cambiar el paisaje local sino también su principal industria pesquera.

Angelus conversó con el obispo local, Gabriel Mestre, para hablar de este último acontecimiento, así como de su relación con el Papa Francisco y el impacto de tener un Papa argentino en su episcopado.

«Lo veo como un beneficio, porque lo veo como un desafío», dijo Mestre sobre ser un obispo del país del Papa. «Todo lo que pueda ser complicado, lo veo como un reto, que lejos de dificultarnos las cosas, me estimula para tratar de sacar lo mejor de mí y de los que tengo que animar pastoralmente».

Hecho obispo en 2017, es uno de los más jóvenes de Argentina. Intenta llegar más allá de «la grieta», un término que se popularizó en los últimos años en el país de Francisco para referirse a las divisiones políticas e ideológicas que han impactado fuertemente en esta nación de más de 50 millones de habitantes.

El gobierno nacional aprobó la explotación petrolera al frente de la costa de Mar del Plata, una ciudad que es icono del verano argentino. ¿Le preocupa el tema?

Si, obviamente, me preocupa. A tal punto que, asesorandome de mi equipo, publicamos desde el obispado un comunicado, haciéndome eco de la problemática, tratando de ir superar la dinámica de grieta política que siempre  aparece, en un tema que además, fue propuesto por un gobierno Macrista, y aprobado por el Albertista. Entonces, la idea era no meterme ni en la cuestión política ni en la técnica, y tratar de apuntar a los principios. Y ahí, Laudato Si, del Papa Francisco, nos da principios interesantes que justamente, en el comunicado, elegí con mi equipo de asesores, ponerlos a consideración con una serie de preguntas, como para tratar de no hacer juicios duros de entrada. El objetivo fundamental es tratar de llegar a algunos consensos. Creo que no se dieron, y ahí si hago una valoración.  

Consensos respecto a los que estamos en la costa, que seremos los beneficiarios y perjudicados principales, primeros y directos.  Para generar esos consensos, es importante el tema democratico político, y ahi si hago un juicio de valor, a través de unos principios generales que nos da el Papa Francisco, con una  ecología integral, humana, que cuide los recursos, reconociendo que la energía es necesaria para llevar nuestra vida adelante, y con esta valoración que hace el papa de que los combustibles fósiles deben ser reemplazados de manera sostenida  y clara en el tiempo. Me  parece que es un  valor importante que tiene que estar presente  a la hora de discutir. Creo que estas discusiones no se dieron, y de ahí el comunicado que plantea la preocupación por el tema, sin meterme en la cuestion tecnica que es de los técnicos, ni en la cuestión política, porque soy un ciudadano más, y con católicos y no católicos, tenemos el deber, la obligación y la necesidad de opinar con respecto a este tema.

Es difícil no tener en cuenta que Mar del Plata es una ciudad que vive mucho de su hermosa costa, y cualquier tipo de derrame o accidente puede perjudicar mucho a los ciudadanos, y que, si bien  puede ser beneficioso para la ciudad  como concepto, pero para los que viven  del turismo, la teoría del trickle down economy que el papa tanto cuestiona, no siempre funciona.

Totalmente, y acá toca dos recursos: el turístico y el pesquero, dos fuentes tradicionales, amigables por el formato que tienen los controles a la pesca, que permiten que haya una producción  altísima pero con mucho control a los buques extranjeros que se acerquen al límite. Y puede haber un daño a lo turístico, lo pesquero, además de lo macroambiental. De ahí la preocupación y la  necesidad de consensos en lo político a raíz de lo técnico.

Cambiado radicalmente de tema. ¿Usted tramitó el mensaje del Papa Francisco al premio Nobel Aldofo Perez Esquivel?

Lo hice yo directamente, porque me enteré de que estaba internado. Incluso antes de que fuera pública la noticia, yo fui al hospital privado de la comunidad y bueno, dialogue con él, vi que estaba lúcido, a pesar de su problema de salud, y recibió la unción. Perez Esquivel es un catolico creyente, así que rezamos, recibe la unción, y automáticamente me comunique con el papa que no estaba enterado. Al recibir la noticia por mi parte, automáticamente mande este mensaje afectuoso y cercano, la imprimí, y enseguida volví otra vez al hospital para poder acercarselo y que él lo tuviera. 

Usted fue creado obispo por el Papa Francisco. ¿Usted lo conoció cuando era Jorge Mario Bergoglio?

Previo a la consagración  episcopal, m i conocimiento de Jorge Mario Bergoglio era más bien  genérico, porque nunca me tocó trabajar en alguna comisión o ámbito que presidiera él. Alguna vez que fui a la conferencia  episcopal a hacer alguna presentación de temas bíblicos, mi tarea como sacerdote, y él era presidente o vice y obviamente lo saludé. Y por supuesto, participé en misa que celebró en  Buenos Aires porque hice la licenciatura en biblia en  Buenos  Aires, pero  mi conocimiento era de que  es el cardenal primado de  argentina, y entiendo que el conocimiento suyo era más bien remoto. No soy de los sacerdotes que, antes de ser obispo, había trabajado con él y tenían un  trato habitual con él.

A partir del episcopado he tenido un contacto saludable, y siempre ha respondido a algunas cuestiones, haciéndose presente porque he entendido que eran  importantes, y por eso me comunicaba con él. Cuido de no estar comunicando cuestiones que no fueran centrales. Para mi el vínculo concreto que  él tiene, y el afecto que se tienen  con Perez Esquivel, reclamaba que se lo contara.

La diócesis de Mar del Plata, a pesar de ser uno de los destinos favoritos de los argentinos durante los meses de verano, es también una ciudad con una pobreza galopante en las afueras, que se asemeja más a las barriadas del área metropolitana de Buenos Aires que a una ciudad de vacaciones. ¿A qué cree que se debe esto?

La ciudad de Mar del Plata tiene el mote de ciudad feliz, y tenemos muchos motivos y muchas cuestiones para calificarla como ciudad  feliz, tanto para los que somos   parte de la comunidad permanente como para los que la viven como destino turístico, principalmente en  verano y semana santa. Pero a la vez, como muchas ciudades de Argentina, tiene una pobreza estructural que viene de muchas décadas.

En el caso de Mar del Plata se complica el hecho de que muchos trabajadores que vienen por trabajo estival, después se quedan. Por este motivo, la ciudad suele estar tercera en índice de desocupación en el ranking de ciudades de más de 100,000 habitantes. Lo que pasa  en el conurbano de Gran   Buenos Aires, sucede también en  Mar del Plata, con  personas que vienen  a trabajar,  y que cuando hay una crisis pesquera o turística, se resiente mucho la ciudad. Tenemos una periferia geográfica y existencial, de personas de mayor vulnerabilidad.  En ese contexto, la iglesia de Mar del Plata tiene una respuesta muy fuerte. Tanto en la sede, como en la ciudades más pequeñas que también forman parte de la diócesis, como Necochea y Balcarce, que ya está más en una región  productiva.

En este contexto, el servicio de Cáritas es muy fuerte e intenso. Las noches de la Caridad, es un servicio que lleva más de 20 años, con gente repartiendo comida los 365 días del año, con gente de las distintas parroquias que acompañan a las personas en situación de calle. Y en el invierno de 2021 alquilamos cuatro hoteles, uno mediano y tres pequeños, para que las personas en situación de calle que así lo quisieran, pudieran tener la posibilidad de tener un lugar donde guarecerse del invierno, que acá puede ser muy inclemente. 

Trabajamos también mucho con  el sistema de los Hogares de Cristo, diseñados por Bergoglio con los curas villeros. Tenemos cinco  de estos centros. Y tenemos también algunos hogares para madres adolescentes, y para mujeres que por alguna situación, piensen  en abortar, cuidando la primera infancia y acompañando las  mamas afectiva, médica y económicamente.

Como hicieron  la cuestión de financiar el alquiler de cuatro hoteles, porque no muchas diócesis tienen la capacidad de solventar semejante gasto, más aún en el año de la pandemia?

Confiamos en la providencia, claramente. Y además, la providencia hizo que incluso sobrara plata, por lo estamos ya pensando en el año que viene, o incluso en tener un parador permanente. Gracias a la generosidad  de mucha gente de la iglesia, otros no. Y el mensaje del Papa Francisco le dio una repercusión  muy importante. Y el poder dar un balance muy transparente de en qué se gastó el dinero, desde las dos monedas de la vida del evangelio, hasta  el empresario que pudo poner más dinero. Todo quedó perfectamente transparentado en los papeles, y se pudo ver en los servicios que realmente se brindaron. Es una suma de generosidades que nos permitirá el año que viene tener un dispositivo incluso mejor. Dios quiera que no hiciera falta. Lo ideal sería que no existieran las noches de la Caridad. Eso lo tenemos claro. Pero ante la necesidad, y para nosotros que no es una cuestión sociológica y estadística el pobre, sino que en el pobre está  el rostro de Cristo, buscaremos servirlos de manera muy clara y puntual, como se ha hecho siempre.  

La noche de la Caridad es muy interesante, porque en  la parroquia que le toca una vez por semana, se arranca a las 10 de la  mañana para preparar las 400 viandas. Y por ahi es una señora mayor que no puede  salir, o alguien que tiene miedo, pero estan horas trabajando en la parroquia, está el que dona los descartables, y los que hacen el trabajo visible que es rezar y salir a los 6 o 7 lugares donde se hace este compartir, no solamente darles lo que necesitan, sino también charlar, personalizar el trato con la persona que está en situación de calle. 

Lo que dijo sobre la pobreza, me lleva a preguntarle sobre las acusaciones contra la iglesia en Argentina, con  algunos políticos diciendo que a la Iglesia le convenga que haya pobres?

En lo mas minimo. Habrá algún laico, laica o cura que sea pobrista, como pasa en toda familia pero la acusación de la iglesia argentina y el papa como pobrista refleja una ignorancia que creo que sería fácilmente vencible leyendo brevemente cualquier documento del papa. Yo siempre invito a leer Fratelli Tutti por ser el documento en el que el papa sintetiza este aspecto, o el mensaje de la paz de este año, sobre diálogo intergeneracional, educación y trabajo. Quién lo puede acusar de ser pobrista o populista barato leyendo eso? Lo mismo, se traduce en algunas de las pastorales de la iglesia como un discurso que desconoce, en el mejor de los casos,  o de carácter ideológico, incluso por más que venga de alguien que se diga catolico practicante o observante. Por eso invito a quien tenga la duda, que vaya a Fratelli Tutti. Y en todas las diócesis, la perspectiva es esta. 

Para usted, es un  beneficio o un perjuicio el ser un obispo argentino con un papa  argentino?

Yo lo veo como un beneficio, pero porque lo veo como un desafío. Me siento comprometido en este sentido.  Fui elegido presidente de la comisión  episcopal de catequesis, animación y pastoral bíblica, por lo que este tema que el papa planteo del ministerio laical del catequista, lo veo como un desafío: la conferencia episcopal de la que salió el papa actual, tiene que buscar hacer punta en esto, y ver cómo llevamos adelante este ministerio. Y lo que pueda tener de complicado, lo veo como un  desafío, que lejos de complicarnos, me estimula tratar de sacar lo mejor de mi y de los que tengo que animar pastoralmente.

En otro tema en el que la Iglesia Argentina debería hacer punta es en el Sínodo sobre la Sinodalidad. ¿Cómo viene este proceso de consulta en Mar del Plata?

Yo te diría que bastante bien, porque comienza el tema sinodal en el año 2018. Yo hice una consulta en ese momento a distintos ámbitos para ver si nos largamos para hacer un primer sínodo diocoesano, y la respuesta fue que sí. Entonces, a partir de ahí, empezamos a trabajar para tener nuestro primer sínodo diocesano en el primer semestre  del 2020. Vino la pandemia, y la dificultad que tuvimos fue la demora temporal. Volví a consultar si hacíamos un sínodo en clave digital, y la mayoría me dijo que no por la riqueza de lo presencial. Dios mediante, lo tendremos, dos años demorados, en el primer semestre de este 2022.

El trabajo que se ha hecho es muy profundo. Quedan muchas deudas pendientes,como el lugar del laico, la superación del clericalismo. Las temáticas que salieron para  nuestra diócesis son Evangelización Renovada y Catequesis Renovada. Agradezco a Dios porque son dos temas medulares para la alegría de la fe, con tres subtemas transversales: familia, jóvenes y pobres. Esto da mucho carretel para  poder trabajar en la asamblea sinodal que la vamos a tener desde  el 24 de marzo hasta el 9 de julio. 

Este 2021 hubo tres grandes noticias en el Vaticano: el juicio por la  corrupción y el cardenal Becciu, los viajes del papa en general,  y por último, la misa en el rito tridentino. Cómo impactan estos tres temas en su diócesis?

El que menos impacto  tuvo fue el de la llamada misa tradicional, porque no hay aca. No hay un grupo que la prefiera, y queda marcado por los pocos lefebvristas que vienen, pero no son una comunidad permanente, y no son tampoco de la Iglesia Católica.

Los otros dos, han impactado, y en  paralelo. Pero el tema de la cuestión económica, con  las transacciones en Londres, tuvieron  picos más fuertes, y los viajes del Papa fueron distintos uno  con respecto a otro. Entonces, lo económico fue un poco más mediático, dio  un poco más de cuerda. Y en lo que es más estructural, creo que lo que fueron los viajes del papa, con discursos claros y profundos, con casas muy interesantes que uno puede replicar y cita en  la diócesis, y en ese sentido, fue más importante. Pero  el tema económico, que es recurrente en la Santa Sede, y le está costando al papa, que es un  renovador, un  verdadero transformador. Ha logrado en muchos ámbitos reorientar, para que la cuestión económica financiera de la Santa Sede, pero es un tema mucho más complejo de lo que creemos, sin tener los detalles  del  día a día. Creo que la repercusión, y esto de que una figura cercana al papa, como el cardenal Becciu, ha sido muy fuerte.  Y mirando para atrás, uno ve cómo ha tenido que cambiar figuras el papa en el ámbito financiero-económico, que es donde más ha tenido que cambiar figuras en estos años de pontificado.

FUENTE: ANGELUS ESPAÑOL

INÉS SAN MARTÍN

Inés San Martín es periodista argentina y jefa de la oficina de Roma de Crux.
Ella es una colaboradora frecuente de Ángelus.