Alegría y esperanza en los fieles de la Iglesia, por el Pbro. Pablo Etchepareborda, Secretario General del Sínodo.

Fieles de la Iglesia de Mar del Plata, conducidos por su pastor Gabriel Mestre, culminaron una etapa histórica: la celebración del Primer Sínodo Diocesano.

¿Qué queremos decir con Sínodo? Es un camino que se hace entre todos para poder entender desde la Palabra de Dios, la acción del Espíritu Santo, la escucha atenta a los desafíos actuales y un diálogo abierto, cómo tenemos que ser y vivir los cristianos para compartir la fe y hacerla crecer.

Este camino comenzó en el año 2018 cuando el Obispo, luego de consultar a laicos, consagrados y clero, invitó a realizarlo todos juntos, bajo el lema “caminemos juntos en la audacia del Espíritu”.

Los objetivos fueron tres: Discernir, a la luz de la Palabra de Dios y escuchando al Espíritu Santo, lo que Dios quiere de nuestra Iglesia Particular hoy; escuchar, dialogar y discernir las necesidades del Pueblo de Dios y encontrar entre todos el mejor camino para la vivencia, transmisión y compromiso de la fe, vivir el llamado de poner un oído al Evangelio y otro oído a nuestro Pueblo en la totalidad de la vida eclesial.

A partir de esta búsqueda se constituyó un Equipo de Animación del Sínodo que se encargó de preparar las etapas del camino. Las etapas son preparación, celebración y puesta en práctica.

Se comenzó con un tiempo de motivación espiritual por medio de la oración para el Sínodo. Al mismo tiempo se generó un espacio de escucha por medio de dos consultas, una abierta a personas que no tienen participación directa en la Iglesia y otra interna para conocer el pensamiento de quienes participan de las comunidades eclesiales.

Por medio de Asambleas en los espacios eclesiales y de zonas pastorales se propusieron varios temas a tratar. Mons. Mestre luego de una consulta amplia definió que los temas a tratar serán: “Evangelización y Catequesis Renovadas, teniendo en cuenta la familia, los jóvenes y los pobres”. Se elaboró un Documento de Trabajo que dio el marco para la  etapa de discernimiento y profundización de los grandes desafíos. Y se programaron las Sesiones de la celebración del Sínodo, que debido a la pandemia hubo que postergarlo hasta este año 2022.

Hoy estamos concluyendo con la etapa de la celebración del Sínodo, que se desarrolló en cuatro momentos o jornadas. Fueron en marzo, mayo junio y agosto.

Para esta celebración se nombraron unos 400 sinodales titulares y otros 150 suplentes. Ellos representan a todos en la Iglesia diocesana, es decir que todos los ámbitos de la vida católica están representados por los sinodales.

En las Sesiones (jornadas) se fue reflexionando a partir del Documento de Trabajo y otros insumos que realizaron los sinodales con sus comunidades a lo largo de la pandemia. De a poco se fueron buscando consensos para ver qué es lo que el Espíritu Santo inspira para el aquí y ahora de nuestra Iglesia; y así anunciar a Cristo a todas las personas del territorio diocesano.

Hoy también se jerarquizaron todas las propuestas que serán entregadas al Obispo en la misa de clausura, quien como Pastor y Guía, las recibe con gusto y sinodalmente propondrá pasos para ir concretándolas en el futuro.

P. Pablo Etchepareborda