En siete lugares de la diócesis se realizó la segunda Sesión del Primer Sínodo Diocesano. Con entusiasmo y profundidad trabajaron en las consignas sobre la evangelización y catequesis teniendo en cuenta las familias, los jóvenes y los pobres. «Hoy ha sido un hermoso día sinodal», dijo el coordinador del Sínodo, el P Pablo Etchepareborda.


Ya en la preparación se fueron comprometiendo muchas personas que prepararon todo lo necesario para su realización. El Obispo Gabriel designó a los sacerdotes, en su mayoría decanos, para que lo representen en cada lugar. Estos convocaron un equipo de animación que se encargó de las celebraciones, la animación, la coordinación, la música, la infraestructura y también del servicio.

El Equipo de Animación del Sínodo envió el material necesario para que todo se pueda realizar sin dificultades. Algunas parroquias y escuelas abrieron generosamente sus puertas, para que la jornada se pueda realizar sin dificultades.


Lo más importante fue la participación de los sinodales, que comprometidos con este camino diocesano, realizaron un trabajo previo cuyas conclusiones llevaron a la Sesión para compartirlas con los otros sinodales. Con el mismo entusiasmo y profundidad trabajaron en las consignas sobre la evangelización y catequesis teniendo en cuenta las familias, los jóvenes y los pobres.


Pudieron concluir en varias propuestas que compartieron con todos los presentes en cada lugar. Éstas serán material para seguir caminando juntos en el camino sinodal.
El Espíritu Santo estuvo presente en estas asambleas y se manifestó en la alegría, la creatividad, el trabajo en comunión y el deseo de comunicar el Evangelio.
Agradecemos a todos los que han participado en esta jornada sinodal.