Distintas celebraciones y actividades se llevaron a cabo estos días para celebrar el nacimiento de Jesús: Misas en las Unidades Penales de Batán, mesas fraternas para los más necesitados, pesebres vivientes y solemnes celebraciones en la Catedral y los distintos templos de la ciudad. La Misa central de la Iglesia Catedral estuvo presidida por el administrador apostólico y obispo electo, monseñor Ernesto Giobando, quien animó a recuperar el sentido profundo de la Navidad: “muchos regalos, mucha luz, en algunos casos mucha comida, pero esa es toda la Navidad. ¿Hay lugar para Jesús en nuestras vidas?”, se preguntó.

El prelado evocó en su homilía la misión de los primeros jesuitas que misionaron estas tierras. “Los padres Strobel, Falkner, ¿cómo se habrán arreglado con los pueblos que vivían aquí y que no conocían nada? ¿Qué le habrán dicho estos primeros evangelizadores: ‘miren aquí está el niño Dios que es el Salvador’? Desde esa primera evangelización han pasado algunos siglos, y hoy Mar del Plata tiene 150 años. Podemos decir que hace 150 años que se celebra Navidad. Y lo que sí puedo descubrir como alguien que viene de afuera es la profunda religiosidad que hay en estas tierras”, afirmó.

“Estos días pasados tuve que predicar tres veces con las lecturas de hoy porque celebramos la Navidad en los tres penales que hay en Batán, y tuve que hablarles a nuestros hermanos y hermanas que están allí, y les comentaba esta primera imagen del profeta de Isaías. Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso los ha destrozado el Señor”, relató.

También el Administrador Apostólico comentó algunos pasajes de la homilía de la Misa en la que el papa Francisco inauguró el Jubileo, y explicó “el Santo Padre pide que no nos quedemos tan tranquilos en Navidad.” “Evidentemente que ahora vamos a ir a cenar y vamos a compartir. Incluso la cena es parte de este misterio de la Navidad porque Belén es casa del pan. Pero el pan de vida es quien se hace carne. Y para dejar este mundo nos deja su cuerpo y su sangre, no quiso dejarnos sin su carne”, explicó y prosiguió “el Papa nos dice que ojalá nos inquietemos un poquito en esta Navidad: que nos inquietemos por los que están sufriendo muchísimo en este mundo, por los millones destruidos, por los más pobres; que nos inquietemos por los jubilados que, como decía el Cardenal Rossi en Córdoba, tienen que elegir entre llegar a fin de mes o comprar la medicina.”

Y agregó “también en esta noche de paz, noche de amor, a veces –dicho en porteño-, se nos pianta un lagrimón. ¿Quién de nosotros no recuerda a sus seres queridos, a los que han partido hace poco o hace muchísimos años? La Navidad en mi familia era gracias a mis abuelos. Cuando mis abuelos partieron, o mis padres partieron, cada uno comenzó a celebrar en su propia familia. La Navidad es familia. Navidad es esto, queridos hermanos. Por eso, en esta Nochebuena no nos quedemos quietos. No durmamos nuestra conciencia hoy con tantas cosas que en cierto modo nos alienan. Aprovechemos el celular mandemos mensajitos, no dejemos a nadie afuera porque en esta barca que es la Iglesia nos salvamos todos.”

“Pidamos entonces al Niño Dios, en este Jubileo que comenzamos en Roma y aquí, que podamos hacer un jubileo santo. El jubileo cada 25 años en el pueblo de Israel era un año de misericordia. Los que estaban peleados se pedían perdón. A los que se debía dinero se les condonaba la deuda. A los pobres, a las viudas, a los enfermos se les daba un lugar. ¿Por qué? Porque nadie en el pueblo de Dios puede quedar afuera. Todos tienen que estar adentro. Pidamos entonces al Niño Jesús que este 2025 podamos hacer todo lo posible para que nuestros hermanos más excluidos puedan también estar adentro de la Iglesia, y no hablo solo de los excluidos por la pobreza sino también por tantas otras lamentables realidades que hoy vivimos. Algunos se auto excluyen, otros piden entrar. ¿Cuál es nuestra actitud? ‘Vengan, como en el pesebre, a adorar al Niño’. Esos pastores que fueron a adorar al Niño eran gente sencilla y común, gente normal. No tenían un cartel que decía ‘somos los pastores elegidos’, no, sino ‘recibimos un anuncio y vamos presurosos al encuentro del niño Dios’. Nuevamente, muy feliz Navidad para todos.” concluyó.