8 de mayo – Nuestra Señora de Luján – Patrona del Pueblo Argentino
Primera lectura: Is 35,1-6a10 o Hch 1,12-14; 2,1-4 | Salmo: Lc 1,46-55 | Segunda lectura: Ef 1,3-14 | Evangelio: Jn 19,25-27
En la Argentina el 8 de mayo celebramos a la Patrona de la Patria: Nuestra Señora de Luján. En el año 1630 un hacendado portugués que vivía en Santiago del Estero le pidió a un compatriota que le enviara desde Brasil una imagen de la Inmaculada Concepción de María. El amigo envió dos imágenes. Al llegar al puerto de Buenos Aires, desde donde partirían hacia el destino final, una de las carretas que las llevaba se detuvo inexplicablemente en Zelaya, partido de Pilar, provincia de Buenos Aires. Los que intentaban hacer que el cargamento llegara a su destino, luego de varios intentos, llegaron a la conclusión de que la Virgen quería quedarse en la orilla de ese río. Los primeros pasos del culto se dieron en ese lugar hasta que un tiempo después se donaron unas tierras a unos 20 km de este lugar donde finalmente se construyó la actual Basílica de Nuestra Señora de Luján. La imagen original de la Virgen mide 38 centímetros de altura, está realizada en arcilla cocida y representa a la Inmaculada Concepción.
A la luz de los textos bíblicos y la bella historia de Nuestra Señora, propongo tres puntos para la meditación sintetizados en tres palabras: PROVIDENCIA, MADRE, PUEBLO.
- La PROVIDENCIA divina
- MADRE en el dolor y en la alegría
- Para interceder por su PUEBLO argentino
- La PROVIDENCIA divina
La PROVIDENCIA divina dispone todo para el bien de la humanidad, del ser humano creado a su imagen y semejanza. El himno que tenemos en la segunda lectura a pesar de que no tiene la palabra PROVIDENCIA, es un verdadero canto a la PROVIDENCIA divina que siempre nos sostiene en Cristo Jesús. Y para que Cristo Jesús llegue a nuestro encuentro la PROVIDENCIA se sirve del sí de una humilde muchacha que es María, la Madre del Salvador. Es mujer excepcional acompaña la vida y la historia de toda la humanidad a partir de las diversas advocaciones a lo largo del tiempo se han ido manifestando. La PROVIDENCIA divina ha querido que Nuestra Señora de Luján sea el título principal que corona la presencia de la Virgen que acompaña al Pueblo Argentina.
¿Qué implica para mí hoy la PROVIDENCIA divina? ¿Soy verdadero anunciador de la Divina PROVIDENCIA? ¿Soy capaz de profundizar la presencia de la Madre de Dios desde la dinámica de la PROVIDENCIA divina? ¿Descubro a Nuestra Señora de Luján como un don particular de la PROVIDENCIA de Dios para nuestra Patria Argentina?
2. MADRE en el dolor y en la alegría
Es muy significativo que los textos bíblicos de esta fiesta nos dispongan para celebrar la MATERNIDAD de María en el dolor (Evangelio) y en la alegría (cualquiera de las dos primeras lecturas que se proponen y el Magnificat como salmo). María es realmente MADRE en el dolor y en la alegría como tan bellamente nos recuerda la canción Contigo, María de Athenas. Por eso, es muy importante que desde nuestra fe Trinitaria podamos ofrecerle a Dios, por intercesión de nuestra MADRE del Cielo, los dolores y las alegrías de la vida. Los propios y los que vemos en los demás y en toda la humanidad. Para que la MATERNIDAD de María los acoja en su corazón contemplativo en la acción y los eleve a Dios y nos alcance la gracia del mismo Dios. Gracia que será consuelo y fortaleza en el dolor; gracia que será capacidad para disfrutar y potenciar las alegrías de la vida. ¡Virgen Santa, muchas gracias por tu MATERNIDAD espiritual para con los discípulos de Jesucristo!
¿Realmente “disfruto” de la MATERNIDAD de María? ¿Dejo que ella sea realmente mi MADRE espiritual? ¿Dejo que su MATERNIDAD me acompañe en el dolor y en la alegría? ¿Presento los dolores y las alegrías de la humanidad a la intercesión de María MADRE de Dios y MADRE nuestra?
3. Para interceder por su PUEBLO argentino
El don de la maternidad de María no solo es para la Iglesia sino que es para la humanidad. Sin embargo, en Nuestra Señora de Luján, la celebramos como Madre del PUEBLO argentino. Es Madre en las realidades puntuales y concretas que vive nuestro PUEBLO, que vivimos como PUEBLO. Realidades que tienen que ver con nuestra propia identidad como PUEBLO y que son diferentes a las de Perú, Portugal, Japón o cualquier otro PUEBLO del planeta. La identidad de nuestro PUEBLO argentino es compleja y diversa, tiene sus luces y sus sombras… Nuestra Señora de Luján es Madre e Intercesora de todas esas características de nuestro PUEBLO. Así les puede dar sentido a las luces, puede ayudar a purificar las sombras, y, sobre todo, puede regalarnos la unidad como PUEBLO. ¡Gracias querida Virgen, Nuestra Señora de Luján, Madre del PUEBLO argentino!
¿Me siento PUEBLO…? ¿Me descubro PUEBLO…? En medio de las paradojas de nuestra historia nacional: ¿Capto la identidad más fuerte de nuestro ser PUEBLO argentino? ¿Le presento a la Madre, a Nuestra Señora de Luján, la vida de nuestro PUEBLO? ¿Pido la intercesión de María para que como PUEBLO podamos crecer en la verdadera unidad?
Parte del Prefacio Litúrgico de la Misa de Nuestra Señora de Luján
Una humilde imagen de su limpia y pura Concepción
se quedó milagrosamente junto al río Luján,
como signo de maternal protección
sobre tu pueblo que peregrina en Argentina,
para que, llevados de su mano,
podamos encontrarnos junto al Cordero inocente
que quita el pecado del mundo,
Jesucristo, tu Hijo, nuestro único Salvador.
+Mons. Gabriel Mestre
Obispo de Mar del Plata
Argentina
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