El padre obispo Gabriel y obispo auxiliar Darío celebraron hoy la eucaristía en el día de los consagrados y consagradas y dieron a conocer un mensaje en el que convocan a ser artífices de la esperanza y reconstrucción al que todos somos invitados en esta segunda fase de la pandemia.

Queridas hermanas y hermanos de la vida consagrada:

¡Muy feliz día, queridas consagradas y queridos consagrados, que sirven al Señor y a su Pueblo en la Diócesis de Mar del Plata! Con alegría los saludamos en el día de la fiesta de la Natividad de la Virgen.

El evangelio del día nos recuerda una vez más, cómo san José descubre el proyecto de Dios para salvar a su Pueblo, a través de un sueño. Sueño profundo desde la fe y la realidad; sueño fecundo desde Dios y desde el llamado particular que le ha hecho al carpintero de Nazareth. Un sueño de esperanza y reconstrucción al que todos somos invitados en esta segunda fase de la pandemia que estamos transitando. Todos, como discípulos misioneros del Señor, y ustedes de forma particular queridas consagradas y consagrados, tenemos que ser artífices de la esperanza en este tiempo de reconstrucción con la gracias de Dios y la alegría del servicio a nuestro Pueblo.

¡Muchas gracias por la entrega generosa a la comunidad en las obras educativas y de caridad, especialmente aquellas que tocan de forma más clara las periferias geográficas y existenciales de nuestra Diócesis!

Que la Bienaventurada Virgen María les traiga la bendición del Dios Uno y Trino y los acompañe siempre con amor maternal.

+Mons. Fr. Darío R. Quintana OAR                               +Mons. Gabriel Mestre
Obispo auxiliar de Mar del Plata                                Obispo de Mar del Plata

MISA

La celebración del DÍA DE LA VIDA CONSAGRADA fue organizado por el Equipo de la Vida consagrada de la diócesis, bajo el lema: “ Con María, discípulos y discípulas en salida”. También se realizó un encuentro de reflexión a las 15,45 hs. en el templo de la Iglesia Catedral y luego de la Misa a las 17 hs. presidida por nuestro Padre Obispo Gabriel Mestre y concelebrada por Monseñor Fray Darío Rubén Quintana,