Lecturas del Ciclo A
Primera lectura: Deut 7,6-11 | Salmo: Sal 102,1-2.3-4.6-8.10 | Segunda lectura: 1Jn 4,7-16 | Evangelio: Mt 11,25-30
La liturgia de la Iglesia Católica celebra el viernes siguiente al segundo Domingo después de Pentecostés la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Es una fiesta relativamente nueva que concentra una verdad celebrada desde siempre en la fe cristiana: el amor de Dios se ha manifestado plenamente en la entrega salvífica de Jesús.
Establecida por San Juan Pablo II en 1995, este día se celebra en la Iglesia la Jornada Mundial de Oración por la Santificación de los Sacerdotes. En Argentina es una fecha particular para también orar especialmente por nuestra Patria.
Teniendo presenta la totalidad de las lecturas, la de los tres ciclos litúrgicos, propongo tres puntos para orar sintetizados en tres palabras: CORAZÓN, CONCENTRACIÓN, TIEMPO.
- La simbología bíblica del CORAZÓN
- El corazón sagrado de Jesús: CONCENTRACIÓN de amor divino
- El amor y el transcurso del TIEMPO

- La simbología bíblica del CORAZÓN
Se puede trazar una amplia simbología de la realidad del CORAZÓN mirando la tradición del Primer y del Nuevo Testamento y combinándola con la sensibilidad actual. El CORAZÓN está ligado con la vida afectiva y emocional. El CORAZÓN es lo que se halla en lo más interior: los sentimientos, los recuerdos y los pensamientos, los razonamientos y los proyectos. El CORAZÓN hace referencia a la memoria integral de nuestra vida, a la conciencia y todo lo que se haya en nuestra interioridad. Al celebrar el Sagrado CORAZÓN de Jesús podemos preguntarnos cómo está nuestro CORAZÓN. Esto significa hacer una suerte de diagnóstico de nuestra vida hoy. Hacer un electrocardiograma espiritual de nuestra interioridad y de la realidad de nuestras familias en clave de sensibilidad.
¿Cómo está mi CORAZÓN hoy? ¿Qué dice mi CORAZÓN sobre la realidad? ¿Qué piensa, qué siente, cómo late mi CORAZÓN en este momento de la vida? ¿Qué sereno, y a la vez profundo diagnóstico, puedo hacer hoy de mi realidad y la de mi familia y comunidad?
2. El corazón sagrado de Jesús: CONCENTRACIÓN de amor divino
La celebración del Sagrado Corazón de Jesús es verdaderamente una CONCENTRACIÓN total del amor divino. En esta fiesta se sintetiza el gran misterio de la salvación de la humanidad que se expresa y se entiende solo desde al amor de Dios. Desde la Semana Santa venimos celebrando el triunfo del amor de Dios: Domingo de Ramos, Jueves Santo, Viernes Santo, Pascua, todo el tiempo pascual con el envío del Santo Espíritu, la Santísima Trinidad y el Corpus Christi. Hoy, en una única fiesta se CONCENTRAN todas estas fecundas celebraciones que hemos tenido a lo largo del último mes y medio. La CONCENTRACIÓN se da en la entrega generosa del corazón del Señor que sufre muerte, y muerte de cruz para salvarnos por amor. Demos gracias a Dios y contemplemos con fe la imagen del Sagrado Corazón de Jesús como la total síntesis de CONCENTRACIÓN del amor divino.
¿Busco contemplar la CONCENTRACIÓN de amor divino que refleja la espiritualidad y piedad del Sagrado Corazón de Jesús? ¿Cómo celebro habitualmente los misterios del amor generoso de Jesús que se entrega para salvarnos? ¿Dejo que la CONCENTRACIÓN del amor divino impacte en mi corazón para poder transmitirlo a los demás?
3. El amor y el transcurso del TIEMPO
Celebramos la fe en Dios y en el Sagrado Corazón en nuestro TIEMPO. TIEMPO marcado por luces y sombras, por gracia y pecado, por desafíos y dificultades. El TIEMPO nunca es ajeno a la vida de fe y por eso no es ajeno al amor, al amor de Dios. En este sentido, me resulta interesante una frase de un controvertido filósofo francés llamado Helvétius (1715-1771) que dice: Solo se vive el TIEMPO que se ama. Esta frase puede iluminarnos mucho al celebrar el amor de Dios. El Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda que el TIEMPO es TIEMPO de amor o no es nada. Por eso, al conmemorar esta hermosa fiesta, debemos renovar nuestro TIEMPO como TIEMPO de amor: amor a Dios y amor a los hermanos.
¿Cómo es “mi TIEMPO”? ¿Qué hago o qué dejo de hacer en el TIEMPO que Dios me regala? ¿“Uso” mi TIEMPO para amar…? ¿Dedico mi TIEMPO para que sea expresión auténtica del amor a Dios? ¿Es mi TIEMPO espacio de amor a mis hermanos en el perdón, el diálogo, el respeto, la paciencia…? ¿Qué implica para mí hoy la frase “Solo se vive el TIEMPO que se ama”?
+Mons. Gabriel Mestre
Obispo de Mar del Plata
Argentina
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