Sínodo

8 Sep, 2022

DOMINGO 24º DURANTE EL AÑO. CICLO C 2022

En el Domingo 24º durante el año, el padre Obispo Gabriel nos ofrece tres puntos para reflexionar: 1. Fui tratado con MISERICORDIA 2. La alegría del ENCUENTRO 3. Una IGLESIA que pastorea con misericordia y alegría

Domingo 24º Durante el Año Ciclo C – 11 de septiembre de 2022
Primera lectura: Ex 32,7-11.13-14 | Salmo: Sal 50,3-4.12-13.17.19 | Segunda lectura: 1Tim 1,12-17 | Evangelio: Lc 15,1-32 (o bien más breve 15,1-10)

La liturgia de este Domingo nos da la posibilidad de un evangelio más largo, todo el capítulo 15 de Lucas, o una versión más breve, la primera parte de dicho texto. Como durante la cuaresma de este año, el Domingo 27 de marzo, ya meditamos con la parábola del padre misericordioso (Lc 15,11-32), en esta oportunidad elijo el texto breve. A la luz de este Evangelio y del resto de las lecturas propongo tres puntos para meditar que sintetizo en tres palabras: MISERICORDIA, ENCUENTRO, IGLESIA.

  1. Fui tratado con MISERICORDIA
  2. La alegría del ENCUENTRO
  3. Una IGLESIA que pastorea con misericordia y alegría
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  1. Fui tratado con MISERICORDIA

El Apóstol, en la segunda lectura, nos cuenta su experiencia de MISERICORDIA divina con esta hermosa frase: “fui tratado con MISERICORDIA”. Es lo que acontece a la oveja perdida de la parábola. Es el amor total y absoluto de Dios por cada uno de nosotros. Es la predilección con la cual nos cuida, protege, conduce, rescata y salva. Para Dios no somos uno más de tantos; somos particular y personalmente creados y recreados por Él. Eso es MISERICORDIA. Lo experimenta el Apóstol, lo experimentan los grandes personajes de la Escritura y los santos en la vida de la Iglesia. Con ellos, hoy nosotros, somos invitados a experimentar la MISERICORDIA infinita de Dios con cada uno de nosotros.

¿Experimento la MISERICORDIA de Dios en mi vida? ¿En qué circunstancias puntuales…? ¿Descubro que fui, soy y seré “tratado con MISERICORDIA”? ¿Me ubico en el lugar de la oveja o la dracma perdidas? ¿Me dejo “MISERICORDEAR” por Dios? ¿Experimento la predilección del Señor? ¿Me descubro cada día amado de forma personal y particular por el Dios de la vida? Cuando peco y me alejo del Señor: ¿Dejo que Jesús me cargue sobre sus hombros y me devuelva al camino?

2. La alegría del ENCUENTRO

En las dos parábolas se destaca la alegría del ENCUENTRO. Las “perdidas”, oveja y dracma, son “ENCONTRADAS”. Cinco veces aparece la raíz alegría-alegrar. Este es el signo distintivo del que se ENCUENTRA con el Dios misericordia. Si el ENCUENTRO es real no hay más posibilidad que la alegría. Entendemos la alegría profunda, verdadera, la felicidad según Dios. Y todo brota del ENCUENTRO o REENCUENTRO. Nadie puede ser feliz si está o anda perdido, si no es “ENCONTRADO”. Nos hace mirar a Dios como aquel que constantemente nos busca para ENCONTRARNOS. Nos hace pensar en la cultura del ENCUENTRO que tanto insiste el Papa Francisco. Tiene su fundamento en Dios, en Él y solo en Él nos ENCONTRAMOS de forma plena, total y feliz. De ahí brota para nosotros descubrirnos felices en la construcción de una cultura del ENCUENTRO en la experiencia de vida cotidiana: familia, ambiente, amigos, comunidad. El gran desafío para ser auténticamente feliz: dejarme ENCONTRAR por Dios para ENCONTRARME con los demás.

Cuando estoy perdido: ¿Me dejo ENCONTRAR por Dios? ¿Qué me hace sentir saber que el Señor siempre me busca, sale a mi ENCUENTRO…? ¿Qué experimento cuando Jesús me ENCUENTRA e irrumpe en mi vida? ¿Soy feliz en el ENCUENTRO con el Señor? ¿Busco el ENCUENTRO sincero y cordial con todos los hermanos? Con la fuerza de Dios: ¿Soy instrumento de una cultura del ENCUENTRO en todos los ámbitos vinculares de mi vida?

3. Una IGLESIA que pastorea con misericordia y alegría

Quien se descubre tratado con misericordia y experimenta la alegría del encuentro no puede menos que devolver en la misma especie lo que ha recibido. Sin embargo, pareciera que esto nos cuesta mucho en la Iglesia. El maestro pastoreó con misericordia y alegría. Así nos ha encontrado y devuelto al camino. Todos nosotros, es decir la IGLESIA, deberíamos casi connaturalmente tener esta actitud en nuestra vida cotidiana. Evidentemente algo no suele andar bien en algunos momentos… Falta misericordia, no abunda la alegría profunda, tenemos 99 ovejas perdidas afuera y, en vez de salir, ser IGLESIA en salida, nos quedamos peinando a la única ovejita que quedó en nuestro corral. Con espíritu de conversión debemos cambiar y teniendo a Dios como raíz de nuestra vida ser IGLESIA que pastorea con misericordia y alegría en las circunstancias cotidiana de la vida.

Siendo misionero del Señor: ¿Cómo vivo el pastoreo cotidiano? ¿Transmito a los demás la misericordia y alegría que me viene de Dios? ¿Me juego en serio por una “IGLESIA en salida”? Cómo bautizado: ¿Soy IGLESIA que sale al encuentro? ¿Salgo a buscar la oveja perdida? ¿Quiénes son hoy, en septiembre de 2022, las ovejas perdidas que tengo que salir a buscar? ¿Cómo puedo optimizar de forma concreta un pastoreo marcado por la misericordia y la alegría?

+Mons. Gabriel Mestre
Obispo de Mar del Plata
Argentina

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