Procesión con la imagen del Santo. Ingreso por la Puerta Santa y Misa con la volada del botafumeiro.

Gran cantidad de vecinos y turistas, pudieron unirse este domingo 25 de julio, para festejar el día del santo copatrono del partido de Villa Gesell de forma presencial o virtual.

La celebración contó con la visita especial del señor obispo, monseñor Gabriel Mestre y fue acompañado en la liturgia por el cura párroco local, el padre Pablo Bosisio, el padre Jorge Pratolongo y el diácono permanente, Marcelo Benavidez.

La ceremonia

La ceremonia dio comienzo a las once de la mañana con una corta y significativa procesión que los fieles pudieron realizar en oración, acompañando la imagen del apóstol y a ejemplo e imitación de su peregrinar. Al regreso y para ingresar al santuario, monseñor Mestre bendijo y dio respectiva apertura a la Puerta Santa del lugar. Dicha  puerta lateral y subterranea condujo a los presentes a ingresar al templo pasando en primer lugar por una cripta que este espacio sagrado contiene.

Una vez que todos ingresaron se llevó a cabo la santa misa que finalizó con la tradicional volada del botafumeiro con el que cuenta la comunidad.

Homilía del obispo

El padre obispo, resaltó en su homilía, la importancia de nuestro peregrinar personal y comunitario e iluminó a los presentes a ver y vivir nuestras realidades con la mirada que el apóstol nos ha dejado con su andar. Un camino, que al igual que en la procesión realizada, tiene «subidas y bajadas»; «espacios estrechos y resbalosos»; «humedad y neblina» o «posibles amenazas climáticas o de otros estilos», pero que con la mirada puesta en Jesús podemos tener la fortaleza necesaria para continuar con pasos firmes y seguros. Acompañándonos unos a los otros en las dificultades propias de la vida.

A la luz de la Palabra, monseñor detuvo su prédica en sus «clásicos» tres puntitos que en ésta ocasión fueron; el OFRECER, la SOBREABUNDANCIA y el SOPORTAR.

Ofrecer siempre lo poquito que somos o que tenemos en nuestra humana debilidad.

Llegar a visualizar y valorar la sobreabundancia de Dios en nuestras vidas y soportar como sinónimo de bastón, de seguridad y firmeza a quienes nos necesitan en la familia, en los trabajos, en la comunidad, en la vida social y tantos espacios dejándonos sostener también sin que prime la autosuficiencia.

Para finalizar, el obispo Gabriel cerró su homilía exhortando y orando a contemplar y aprender sobre lo reflexionado y oró para que en la celebración del día del Señor, en éste año Jacobeo y por intercesión de la Virgen del Pilar y del apóstol Santiago, podamos pedirle a Dios que podamos ofrecer siempre lo poquito que somos o tenemos para que por intermedio de la sobreabundancia de Dios podamos soportarnos los unos a los otros.

Que Santiago Apóstol, que hoy nos ha sabido marcar el ritmo de nuestro caminar, guie en cada uno, el modelo de santidad que nos ayudará a andar en nuestro presente y que nos conducen a Jesús, finalizo el padre obispo.

Historia del Santuario

La historia del Santuario Santiago Apóstol ubicado en 125 y 5, en Villa Gesell, comienza en 1981. A iniciativa del párroco se llamó a licitación la obra y en julio de 1982 se colocó la piedra fundamental: un gran bloque de granito que puede verse actualmente asomar en el piso de la Cripta.

La construcción comenzó tres años después. La clave del proyecto planteado por los arquitectos eran los cuatro arcos internos y otro dos que se unen en el centro. Ese cruce de dos arcos en lo alto representa a la divinidad. Luego se encaró como prioridad la terminación del techo. Más tarde se terminan las paredes interiores, la gran cruz que separa el recinto de la Sacristía, las cubiertas del baptisterio y de la Capilla del Santo Apóstol. Finalmente se construye el techo con una serie de modificaciones, por pedido del Obispo.

El pórtico de la fachada contiene un Apostolario, es decir, las imágenes de los Apóstoles, afirmando la vocación apostólica de su patronazgo, a la manera del pórtico de la Gloria, en Santiago de Compostela.

La Peregrinación

Pero la obra más importante fue la instauración de la Fiesta y Peregrinación de Santiago como un acontecimiento anual, que se da a fines de enero. En 1996 se realizó la primera festividad con la llegada de la imagen peregrina del Apóstol Santiago desde Compostela, un regalo de la Xunta de Galicia.

El Botafumeiro en el Santuario Santiago Apóstol

El incienso es uno de los signos físicos más tradicionales de la alabanza a Dios. También es otro de los elementos populares e íntimamente unido a la peregrinación de Compostela, es justamente el botafumeiro.  Se trata de un enorme incensario suspendido de lo más alto de la nave central del Santuario compostelano, y data del S. XVI.

La decisión de incorporarlo a las celebraciones de Villa Gesell se concretó con el trabajo realizado por el artesano de la localidad, Juan Carlos Montes. Está construido en hierro, y tiene una cruz de bronce visible desde abajo.

Su peso es de ciento veinte kilos, y tiene dos piezas articuladas: el receptáculo inferior del fuego, donde hay agujeros que permiten la entrada del aire. Y el superior, de forma de pirámide truncada, que tiene ciento veinte agujeros de media pulgada por donde sale el humo. Todo del trabajo se realizó en forma artesanal, incluso las cadenas, de las cuales cada eslabón fue hecho a mano.

Este gran incensario pende del ápice de los arcos centrales, y para realizar la volada son necesarios tres hombres. Al ponerlo en movimiento, el aroma del incienso sube hacia la piedra angular, imagen de Cristo, y desciende cubriendo todo el templo. Esta ceremonia termina todos los actos en celebración de la Fiesta de Santiago.

Crónica y fotografías Gladys Sotello