Fiesta de la Divina Misericordia

Este domingo 7, llamado “Domingo de la Divina Misericordia”, un gran número de peregrinos se acercó al Santuario ubicado en el barrio Jardín de Peralta Ramos para celebrar devotamente el amor de Jesús. De este modo, se vivió un día dedicado a meditar aquello que Sor Faustina Kowalska, la santa polaca que vivió entre 1905 y 1921 y que fue canonizada en el 2000, ha transmitido acerca del deseo de Cristo de derramar su amor y su perdón a todos los que se acerquen a Él.    

Luego de orar la Coronilla de la Divina Misericordia a las tres de la tarde frente al Santísimo expuesto en el altar, se realizó una procesión por el barrio con la imagen de Jesús Misericordioso, rezando y cantando, hasta el regreso al Santuario en el cual los fieles  recibieron la bendición Eucarística. Pasadas las 17 horas comenzó la Santa Misa, presidida por el administrador apostólico de nuestra diócesis, monseñor Ernesto Giobando sj., y concelebrada por el presbítero José Luis Puñal, párroco de San Pio X. 

Terminada la lectura del Evangelio según san Juan 20, 19-31, monseñor Giobando dijo que era la primera vez que asistía a ese templo y que por ello como cada vez que celebra en un lugar que no conocía, quería pedirle a Dios tres gracias: “las dos primeras son las que los fieles presentes necesiten, y la tercera es para la Diócesis, para que el Señor siga mirando y que de este tiempo se pueda sacar una enseñanza de todo lo que se está viviendo».

Una vez realizada dicha introducción, monseñor centró su homilía en la realidad de la Misericordia, comenzando por el origen hebreo de la palabra, que, según explicó, refiere al «amor que se aloja en las entrañas de Dios». A partir de esa definición invitó a reflejar esa profundidad amorosa a través de la compasión, la caridad y el perdón. «Jesús vino a esta tierra a perdonar, porque el pecado no tiene la última palabra, porque el pecado es muerte. Pero hoy el Evangelio dice: ‘Estos [signos] han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre’, y el nombre es Jesus Misericordioso», subrayó. 

«Jesús nos enseña a tener misericordia, de ese corazón llagado brota luz. Y al mostrarle a los discípulos las llagas les muestra lo que padeció por nosotros, no para refregárselo en la cara sino para que no perdamos la memoria de que Él nos ha salvado», agregó. 

Para cerrar la predicación exhortó a todos a pedirle «al corazón misericordioso de Jesús que nos conceda entrañas de misericordia y que en lo más profundo de nuestro ser esté Dios, porque si Dios está lo tenemos todo».

Al finalizar la celebración, el Padre Jose Luis agradeció a los sacerdotes que se acercaron a confesar, en ese caso al padre Santiago Arriola y al padre Juan Marcos  Degl’Innocenti, ambos de la vecina provincia parroquia San Pío de Pietrelcina.

En clima alegre y patriótico, la celebración patronal finalizó con la presencia de la Banda de Música de la Armada, que interpretó una serie de marchas.